El vehículo autónomo plantea una nueva forma de movilidad que beneficiaría a la salud si el uso es compartido y el motor eléctrico, según un estudio del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) y la Universidad Estatal de Colorado publicado en la revista científica Annual Review of Public Health.
Esta investigación ha estimado que en el año 2020 un 5% de las ventas de automóviles serán de vehículos autoconducidos, una cifra que podría aumentar al 40 % en 2030. Los autores de esta investigación afirman que los vehículos autónomos cambiarán nuestras ciudades, la forma en que viajamos e impactarán en la salud pública.
Entre estos beneficios han sido destacados la seguridad viaria y una reducción del volumen de gases contaminantes emitidos, siempre que los vehículos sean eléctricos y se usen para viajes compartidos. También se ha advertido de que la implementación de esta tecnología puede acarrear “beneficios o riesgos para la salud”, dependiendo de cómo se implementen, el uso que tengan, qué combustible y motor utilicen y cómo se integren con otros medios de transporte, entre otros.
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