¿Qué se sabe sobre el tema?

Los microplásticos representan una creciente preocupación ambiental, especialmente para los ecosistemas marinos. Se trata de pequeñas partículas de plástico de entre 1 µm y 5 mm que, una vez en los océanos, pueden ser ingeridos por organismos marinos y causar diferentes efectos que van desde el daño físico hasta efectos toxicológicos debido a los compuestos químicos asociados con los plásticos. Éstos pueden ser, por un lado, aditivos que se agregan deliberadamente a los plásticos durante su fabricación para dotarlos de distintas propiedades, como los retardantes de llama, y, por otro, contaminantes químicos presentes en bajas concentraciones en el océano que se adhieren y acumulan en la superficie de los MPs. Estos últimos incluyen plaguicidas organoclorados (OCPs), bifenilos policlorados (PCBs), éteres difenil-polibromados (PBDEs) o filtros solares ultravioleta (UV), entre otros.

En el medio marino, un pez planctívoro puede llegar a ingerir hasta un 10% de microplásticos con diferentes niveles de contaminantes químicos. Una vez que se ingieren los microplásticos, estos contaminantes químicos pueden liberarse y bioacumularse en los tejidos se los organismos marinos.

 

¿Qué añade este estudio a la literatura disponible?

A pesar de que el número de publicaciones que informan de la presencia de microplásticos en organismos marinos ha aumentado exponencialmente, existen lagunas sobre la posible transferencia trófica de contaminantes desde estos a los tejidos y sobre los efectos que estos puedan tener sobre su organismo, además de las posibles implicaciones sobre la salud de los seres humanos a través del consumo de pescado y marisco.

En este estudio analizamos la transferencia trófica y la biomagnificación en los tejidos de la lubina (Dicentrarchus labrax) de tres contaminantes químicos cuya presencia en se ha observado en diversas ocasiones en microplásticos. Por un lado, el p,p’-DDE, principal metabolito del ya prohibido insecticida organoclorado DDT, y, por otro, dos compuestos considerados de preocupación emergente: el clorpirifos, un insecticida organofosforado que fue el más utilizado en la Unión Europea hasta 2020, y el controvertido filtro solar ultravioleta oxibenzona (3-benzofenona).

 

¿Cuáles son las implicaciones de los resultados obtenidos?

Tras finalizar el estudio, se observó que hubo transferencia trófica de contaminantes a los tejidos tanto en presencia como en ausencia de microplásticos en la dieta cuando los niveles de estos contaminantes eran altos. Sin embargo, en el caso del p,p’-DDE, la presencia de microplásticos parece favorecer la transferencia trófica de contaminantes a niveles más bajos. Esto es preocupante dado que, a pesar de que las concentraciones de este tipo de compuestos en los océanos son generalmente bajas, de estar asociados a microplásticos, podría haber una mayor transferencia trófica a los tejidos de estos peces que en el caso de encontrarse libres.

Comentario de: Alicia Herrera, Andrea Acosta-Dacal, Octavio Pérez-Luzardo, Ico Martínez, Jorge Rapp, Stefanie Reinold, Sarah Montesdeoca-Esponda, Daniel Montero, May Gómez,

Trophic transfer of DDE, BP-3 and chlorpyrifos from microplastics to tissues in Dicentrarchus labrax, Science of The Total Environment, Volume 882, 2023,

163295, ISSN 0048-9697, https://doi.org/10.1016/j.scitotenv.2023.163295.

 

Andrea Carolina Acosta Dacal
Investigadora postdoctoral en el Área de Toxicología
Universidad de Las Palmas de Gran Canaria