Las personas y el medio ambiente natural están expuestos a mezclas de pesticidas potencialmente dañinas. Los plaguicidas utilizados en la agricultura a menudo pueden dejar rastros detectables de sustancias químicas en o sobre nuestros alimentos conocidos como “residuos”. Estas mezclas aparecen en nuestros alimentos, agua y suelo y pueden afectar la salud de los humanos y la vida silvestre. Cada vez hay más evidencia de que los pesticidas pueden volverse más dañinos cuando se combinan, un fenómeno conocido como el ‘efecto cóctel’.

El efecto cóctel se produce cuando los pesticidas aparecen en millones de combinaciones diferentes y en concentraciones variables en nuestros alimentos y paisajes. El problema que esto produce es que es imposible crear un sistema lo suficientemente sofisticado como para poder evaluar el espectro completo de impactos en la salud y al medio ambiente resultantes de la exposición a largo plazo a cientos de pesticidas diferentes. Por lo tanto, la única forma de minimizar el riesgo para la salud y el medio ambiente es disminuir nuestro uso general de pesticidas, reduciendo así nuestra exposición a los cócteles de pesticidas.

El Gobierno del Reino Unido está supervisando los niveles de residuos en los alimentos que se consumen en el país cada año a través de “Pesticide Action Network UK”, una organización benéfica que se centra en abordar los problemas causados por los pesticidas. Esta organización analiza los resultados del programa de pruebas de residuos del Reino Unido y publica un resumen que es fácil de entender para los consumidores.

Además de centrarse en frutas y verduras, también lo hacen en otros alimentos como los cereales, la cebada, la avena y el trigo.

Los resultados de las pruebas revelan que se encuentran más de cien pesticidas diferentes en los productos de la llamada “Docena Sucia”. Algunos de ellos son insecticidas como el clorpirifos que se ha relacionado con un bajo peso al nacer y cambios neurológicos, el neonicotinoides que amenaza la salud de las abejas y es un carcinógeno humano, fungicidas como imazalil que es carcinógeno y tóxico para la reproducción y el desarrollo, o herbicidas como 2,4-D que es un disruptor endocrino.

El enfoque principal del régimen de pruebas del gobierno del Reino Unido es asegurar al público que los alimentos que consumen son seguros. Sin embargo, los pesticidas tienen un impacto a lo largo de la cadena de suministro desde el campo hasta la mesa, ya sea por los efectos negativos para la salud de los productores y trabajadores, o por la devastación que el uso de pesticidas está causando en la biodiversidad mundial.

Fuente: The Dirty Dozen. Pesticide Action Network, UK.

 

Amor Escoz Roldán.
Técnica Superior en Salud Ambiental, Ambientóloga, Educadora Ambiental y Doctora en Ciencias de la Educación.