Comentario de Martin-Gisbert L, Ruano-Ravina A, Barros-Dios JM, Varela-Lema L, Pérez-Ríos M. An Innovative Tool to Control Occupational Radon Exposure. Int J Environ Res Public Health. 2022 Sep 8;19(18):11280. doi: 10.3390/ijerph191811280. PMID: 36141555; PMCID: PMC9517103
¿Qué se sabe sobre el tema?
El radón es un gas radioactivo de origen natural. Se genera a partir de la desintegración radioactiva del uranio presente, en mayor o menor medida, en corteza terrestre. El gas radón emana desde las rocas del subsuelo y se diluye en la atmósfera, manteniéndose así en concentraciones muy bajas al aire libre. Sin embargo, también puede filtrarse desde el subsuelo al interior de edificios, y acumularse, alcanzando concentraciones que incrementan el riesgo de cáncer de pulmón. En concreto, el riesgo aumenta un 16% por cada 100Bq/m3 que aumenta la concentración de radón de un hogar. Por ello, la Unión Europea establece un nivel de referencia de como máximo 300 Bq/m3 en viviendas y lugares de trabajo, mientras que la OMS recomienda tomar acciones a partir de 100 Bq/m3. En España, tal y como refleja el mapa de radón del Consejo de Seguridad Nuclear, existen amplias zonas del territorio con alto potencial de radón, especialmente en Galicia, Extremadura, Castilla y León y la Comunidad de Madrid, aunque también en algunas zonas de Andalucía, sobre todo en el noroeste y en la zona de Sierra Nevada. Un estudio piloto reciente en el que se realizaron 248 mediciones de radón en lugares de trabajo de varias CC.AA., detectó niveles de radón por encima del nivel de referencia máximo europeo (300Bq/m3) en el 27% de los puestos evaluados, algunos de ellos situados en zonas con bajo potencial de radón. Cuando se detecta un nivel de radón superior al nivel de referencia, es necesario reducir su concentración, esto se consigue normalmente con intervenciones constructivas descritas como las descritas en la guía correspondiente del Código Técnico de Edificación.
Sin embargo, en ciertos lugares de trabajo estas intervenciones podrían ser insuficientes o directamente inviables. En estos casos se debe realizar un control de la dosis efectiva en milisieverts (mSv) de cada persona trabajadora. La dosis efectiva es proporcional a la concentración de radón de la zona de trabajo y al tiempo de permanencia en dicha zona, y puede calcularse con coeficientes de dosis publicados por la Comisión Internacional de Protección Radiológica (ICRP). A partir de los 6 mSv anuales de dosis efectiva los requisitos regulatorios se incrementan, y también el riesgo para la salud de los trabajadores.
¿Qué añade este estudio a la literatura disponible?
La dosis anual que reciben los trabajadores puede controlarse ajustando el tiempo de trabajo. Radonpro permite planificar el trabajo de forma que los trabajadores no excedan los 6mSv anuales de dosis, y además permite mantener en todo momento el historial de dosis de cada empleado, lo que puede ser útil con una finalidad inspectora. Es especialmente útil cuando los trabajadores son multizona, es decir, realizan su trabajo en distintas zonas con distintos niveles de radón.
¿Cuáles son las implicaciones de los resultados obtenidos?
Es necesario proteger a los trabajadores de la exposición a radón y cumplir con la regulación europea, que muy pronto estará transpuesta a la regulación española. En aquellos lugares de trabajo donde no es posible disminuir el nivel de radón, también es obligatorio mitigar el riesgo que supone para la salud de las personas. La solución que proponemos pone de manifiesto que es posible hacerlo de forma sencilla, incluso en situaciones complejas con trabajadores multizona.
Lucia Martin-Gisbert
Investigadora predoctoral en Epidemiología y Salud Pública, Facultad de Medicina, Universidad de Santiago de Compostela (USC)
Laboratorio de Radón de Galicia (https://radon.gal/), USC
Centro Interdisciplinar de Investigación en Tecnologías Ambientales (CRETUS), USC
Fundación Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago de Compostela (IDIS)