La calidad del aire que respiramos es actualmente un problema de salud pública que persiste a nivel global, por el grave daño que causa a la salud y a los ecosistemas. La calidad del aire en interiores depende de los niveles de contaminantes químicos, físicos y biológicos en el interior de las viviendas o lugares de trabajo (Ej: Contaminantes físicos atmosféricos procedentes de la combustión de combustibles fósiles como, PM10 PM2.5, NOX, CO, temperatura inadecuada, moho, retardantes de llama, plaguicidas, entre otros) con el estado de salud de la población, así como con la calidad de los edificios. Por lo tanto, en el aire interior se encuentra una mezcla de contaminantes procedentes de diferentes fuentes que es esencial reconocer, con objeto de poder eliminarlas o reducirlas según el caso.
En relación con el aire exterior nos enfrentamos con una continua exposición de contaminantes atmosféricos que se encuentran presentes en los entornos urbanos actuales y tienen su origen principalmente en el tráfico rodado, la industria y los sistemas de calefacción (NO2 y material particulado, sobre todo). En las últimas dos décadas y al igual que otras regiones de España y Europa, los niveles de gases contaminantes y material participado atmosférico han sufrido reducciones generalizadas en Andalucía. Las nuevas directrices sobre calidad del aire publicadas en septiembre de 2021 por la Organización Mundial de la Salud suponen nuevos retos a medio y corto plazo para los gestores responsables de la calidad del aire de organismos públicos y empresas privadas.
Por otro lado, hemos experimentado en los últimos años una rápida evolución de las tecnologías de comunicación (del 2G al 5G) y de los dispositivos como los teléfonos móviles y las tabletas que ha conllevado a un uso generalizado de estos, particularmente en la infancia y adolescencia. Por lo que esta población presenta un mayor riesgo de estar expuestos a los campos electromagnéticos de radiofrecuencia, aunque actualmente se sabe muy poco de su exposición real, en particular a las nuevas tecnologías como el 5G. Cabe señalar que, la población infantil es más vulnerable a los potenciales efectos que pueda ocasionar esta exposición sobre la salud, ya que se encuentran en un período crítico de su desarrollo, especialmente del cerebro.
En esta Jornada On line hemos contado con la participación de expertas y expertos que nos han expuesto a través de casos particulares, las repercusiones que tiene la contaminación del aire exterior e interior, sus efectos en la salud de la población, y los escenarios futuros a los que nos enfrentamos. Además, hemos tenido la oportunidad de conocer los estudios realizados hasta la fecha que ponen de manifiesto la relación existente entre la exposición a campos electromagnéticos de radiofrecuencia y el desarrollo del cerebro.
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