Más zonas verdes, menos mortalidad. ¿Cuántas muertes se podrían evitar si se cumpliese la recomendación de la OMS sobre espacios verdes en las ciudades?.

Comentario del artículo “Espacios verdes y mortalidad en las ciudades europeas: un estudio de evaluación del impacto en la salud”

Pereira E, Mph B, Cirach M, Mph I, Mueller N, Barrera-Gómez J, et al. Green space and mortality in European cities: a health impact assessment study. Lancet Planet Heal. 2021;5:e718–30

 

¿Qué se sabe sobre el tema?

Las zonas urbanas acogen a la mayor parte de la población, en concreto, el 75% de la población europea vive en entornos urbanos. A nivel mundial, es la mitad de la humanidad, 3500 millones de personas, la que vive en ciudades y para el año 2030 se prevé que la cifra aumente a 5000 millones (1).

Vivir en una zona urbana supone la exposición a determinados estresores para la salud: aire contaminado (se estima que desde 2016, el 90% de los habitantes urbanos estaba expuesto a aire que no cumplía las normas de seguridad establecidas por la Organización Mundial de la Salud)(2), ruido, mayores temperaturas debido al efecto isla de calor que se produce en entornos urbanos, menores oportunidades de integrar la actividad física en las actividades de la vida diaria, impactos en la salud mental, etc. (3).

Por otra parte, la relación entre salud y zonas verdes se conoce desde antiguo, motivando los movimientos por los parques urbanos que se produjeron en Europa y Norte América en el siglo 19 (4). La evidencia científica muestra los beneficios para la salud que supone el acceso a zonas verdes por parte de la población de zonas urbanas (5,6) y uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible hasta 2030, se centra en proporcionar acceso universal a zonas verdes y espacios públicos seguros, inclusivos y accesibles, en particular para las mujeres y los niños, las personas de edad y las personas con discapacidad (2).

Los espacios verdes públicos y abiertos de las ciudades se han asociado a un aumento de los niveles de actividad física, la interacción social y la cohesión social, restauración psicológica (es decir, la reducción del estrés y la mejora de la atención), y una mejor salud y bienestar general. Además, los parques y los espacios verdes amplios proporcionan servicios de los ecosistemas mediante la mitigación de las exposiciones perjudiciales, como la contaminación del aire, el ruido y el efecto del calor urbano (7).

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que las zonas verdes de al menos 0,5 hectáreas, deberían ser accesibles dentro de un radio lineal de 300m desde las viviendas (8).

 

¿Qué añade este estudio a la literatura disponible?

Este es el primer estudio a gran escala que estima el número anual de muertes que podrían evitarse si las ciudades europeas y las grandes ciudades alcanzaran la recomendación de la OMS sobre la exposición a los espacios verdes. Se analizaron 78 ciudades y 49 zonas metropolitanas de 31 países europeos, cuantificando en términos de mortalidad prevenible, los beneficios de aplicar la recomendación de la OMS.

Mapa “Ciudades y áreas metropolitanas por carga de mortalidad más alta (primer quintil) a más baja (quinto quintil) según puntuación del análisis del componente principal”, Pereira E et al.

La investigación muestra que un gran número de muertes por causa natural en las ciudades europeas se podrían evitar anualmente si se incrementaran las zonas verdes. La carga de mortalidad debida a la falta de espacios verdes no es uniforme en las ciudades estudiadas.

 ¿Cuáles son las implicaciones de los resultados obtenidos?

La mayoría de las ciudades europeas tienen un entorno construido histórico consolidado con pocas áreas libres; sin embargo, las intervenciones podrían dirigirse a la recuperación de zonas urbanas (p. ej., convertir antiguas zonas industriales en parques urbanos), al aumento de soluciones basadas en la naturaleza en el propio tejido urbano (p. ej., tejados verdes y jardines verticales), a la reconfiguración del tráfico y a la reasignación de espacios viales y de aparcamiento a entornos verdes y naturales, y a proporcionar un aumento de árboles en las calles, corredores verdes y pequeños parques.

Las intervenciones públicas dirigidas a incrementar las zonas verdes y la recuperación de zonas urbanas, no sólo mejorarán la salud de la población, y favorecerán la sostenibilidad y habitabilidad de las ciudades, sino que evitarán un número importante de mortalidad por causas naturales, según estima este estudio.

Los planes locales de salud, el planeamiento urbanístico y los procesos de Evaluación de Impacto en Salud pueden beneficiarse de este tipo de evidencia científica que vincula la disponibilidad de zonas verdes con beneficios en la salud y disminución de mortalidad.

 

Referencias

  1. Population Division – United Nations. World Urbanization Prospects.
  2. ONU. Objetivos de desarrollo sostenible. Ciudades – Desarrollo Sostenible.
  3. Ballesteros Arjona V, Daponte-Codina A. Urbanismo, medio ambiente y salud. 2010.
  4. Schuyler D. The new urban landscape : the redefinition of city form in nineteenth-century America. Baltimore: Johns Hopkins University Press; 1986. 237 p.
  5. Nielsen H, Bronwen Player KM. Urban green spaces and health. 2009;
  6. Twohig-Bennett C, Jones A. The health benefits of the great outdoors: A systematic review and meta-analysis of greenspace exposure and health outcomes. Environ Res. 2018 Oct;166:628–37.
  7. Nieuwenhuijsen M, Khreis H, Triguero-Mas M, Gascon M, Dadvand P. Fifty shades of green: pathway to healthy urban living. Epidemiology. 2017;28:63–71.
  8. WHO Regional Office for Europe. Urban green spaces and health. Copenhagen; 2016.

 

Autoría: Ballesteros-Arjona, Virginia.