Los/as profesionales de la salud han hecho un llamado a los gobiernos mundiales para que desarrollen e implementen un Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles, que establezca un plan global legalmente vinculante para proteger la salud y la vida de las generaciones presentes y futuras eliminando de forma rápida y equitativa los combustibles fósiles a nivel mundial, para no superar los 1,5ºC de calentamiento.
1-¿Qué incluye este tratado?
- Poner fin a la expansión de cualquier nueva infraestructura y producción de combustibles fósiles acabando de inmediato con la actividad y la inversión en toda la exploración, extracción y construcción de infraestructura de combustibles fósiles nueva o ampliada, de acuerdo con la mejor ciencia disponible.
- Eliminar gradualmente la producción y el uso existentes de combustibles fósiles de manera justa y equitativa en línea con el objetivo climático global de 1.5C. Para abordar la inequidad existente, se hace un llamado a los países de altos ingresos para que brinden apoyo financiero, tecnológico y de otro tipo a los países de bajos y medianos ingresos para alejarse de los combustibles fósiles, asegurando que la transición reduzca la pobreza en lugar de exacerbarla.
- Acelerar soluciones reales y garantizar una transición justa para cada trabajador/a, comunidad y país creando un futuro saludable y sostenible para todos. Una transición justa debe respetar los derechos indígenas y los derechos de las comunidades locales.
¿Cómo sería este nuevo Tratado?
El Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles propuesto por los profesionales de salud sería un acuerdo internacional basado en evidencia para controlar una categoría de sustancias nocivas para la salud humana ya que los riesgos para la salud asociados con los combustibles fósiles son numerosos.
¿Cuáles son estos riesgos asociados a la salud debido a la quema de combustibles fósiles?
La contaminación del aire, principalmente por la quema de combustibles fósiles, está causando más de siete millones de muertes prematuras cada año. Además, contribuye a enfermedades cardiovasculares, afecciones respiratorias y cánceres, sumándose a esta carga los incendios forestales, cada vez más intensos y comunes por el cambio climático. La crisis climática, causada en gran parte por la quema de combustibles fósiles, es una amenaza para la salud y los sistemas de atención médica. Por otro lado, el calentamiento global crea las condiciones ideales para la transmisión de enfermedades transmitidas por los alimentos y el agua y la propagación de enfermedades transmitidas por vectores además de aumentar el riesgo de enfermedades y muertes relacionadas con el calor.
Otra de las consecuencias son las sequías, las inundaciones, los fenómenos meteorológicos extremos y el aumento del nivel del mar provocado por el cambio climático, que perturban los medios de subsistencia, contaminan el agua, ponen en peligro la seguridad alimentaria, dañan la infraestructura y fuerzan la migración, especialmente para las poblaciones que viven en islas pequeñas, regiones costeras y zonas bajas.
Los eventos climáticos extremos, por otro lado, interrumpen las cadenas mundiales de suministro médico y devastan las instalaciones de atención médica, lo que afecta gravemente la capacidad de los trabajadores/as de la salud para brindar atención médica. El cambio climático está afectando seriamente la salud mental, exacerbando la ansiedad y la depresión, especialmente en los/as jóvenes.
¿Qué otros riesgos para la salud humana y ocupacional se asocian a la quema de combustibles fósiles?
Se ha descubierto que la proximidad residencial a la extracción de petróleo y gas aumenta la incidencia de enfermedades respiratorias y malos resultados en los partos, y está potencialmente asociada con otros daños a la salud. Vivir cerca de minas de carbón está asociado con un mayor riesgo de enfermedades pulmonares y cánceres. La contaminación lumínica y acústica relacionada con la extracción, el uso y la contaminación del agua, la degradación de los ecosistemas y la alteración del hábitat, los medios de vida y la comunidad también tienen un impacto negativo en la salud. La proximidad a refinerías petroquímicas y la exposición a instalaciones que fabrican otros productos derivados de combustibles fósiles están asociadas con un mayor riesgo de enfermedades, como el asma infantil y las neoplasias malignas hematológicas. El transporte de combustibles fósiles tiene un historial de derrames y explosiones con impactos agudos y crónicos en la salud de las comunidades cercanas y los trabajadores/as de limpieza. La eliminación segura de los productos de desecho de combustibles fósiles sigue siendo un desafío, ya que los productos de desecho contienen sustancias con impactos conocidos en la salud, incluidos metales pesados y sustancias químicas tóxicas.
Además, los trabajadores/as en los sitios de extracción y en las refinerías, enfrentan riesgos de salud adicionales que incluyen enfermedades respiratorias graves y formas de cáncer altamente malignas, así como lesiones por incendios y explosiones.
¿Qué se espera de este tratado?
La eliminación gradual del uso y la extracción de combustibles fósiles ofrece una oportunidad para mejorar la salud y abordar las inequidades en la salud. Ampliar el acceso a la energía a través de sistemas de energía renovable libres de carbono distribuidos, resilientes y asequibles tendrá beneficios para la salud y maximizará el ahorro y la eficiencia energética. La eliminación gradual de los combustibles fósiles evitaría anualmente 3,6 millones de muertes debido a la contaminación del aire ambiental en todo el mundo.
Los/as profesionales de la salud realizan esfuerzos para construir sistemas de salud sostenibles y bajos en carbono tanto a nivel nacional como institucional, pero se deben hacer colectivamente mayores esfuerzos para reducir rápidamente las emisiones y proteger la salud.
Mas información en: https://fossilfueltreaty.org/
Amor Escoz Roldán.
Técnica Superior en Salud Ambiental, Ambientóloga, Educadora Ambiental y Doctora en Ciencias de la Educación.