Comentario de Ruiz-Páez R, Díaz J, López-Bueno JA, Navas MA, Mirón IJ, Martínez GS, Luna MY, Linares C. Does the meteorological origin of heat waves influence their impact on health? A 6-year morbidity and mortality study in Madrid (Spain). Sciences of the Total Environment. 855 (2023) 158900. https://doi.org/10.1016/j.scitotenv.2022.158900

 

Los autores analizan cómo las diferentes situaciones meteorológicas que dan lugar a las olas de calor en Madrid inciden de forma diferente según sea su origen meteorológico  tanto en los ingresos hospitalarios urgentes como en la mortalidad a nivel diario que se han producido en la Comunidad de Madrid en el periodo 2013 -2018.

 

¿Cuáles son las situaciones meteorológicas a escala sinóptica que dan lugar a las olas de calor en Madrid?

Las situaciones meteorológicas a escala sinóptica en España que están presentes durante las olas de calor suelen corresponder dos patrones diferentes (Serrano-Notivoli et al., 2022). Muchos de los casos corresponden a una fuerte situación de estancamiento producido por el anticiclón de las Azores en ausencia de viento y una fuerte insolación. Esta situación, en sí misma, puede originar una ola de calor que puede verse amplificada por la entrada de aire muy cálido y seco del Norte de África que además aporta material particulado procedente del Sahara. Estas olas de calor suelen ser más intensas y de más duración que las debidas a las situaciones de estancamiento.

 

¿Cuál ha sido la frecuencia de ambas situaciones meteorológicas y la intensidad de las olas de calor producidas en el periodo estudiado?

Según el Ministerio de Sanidad en Madrid se define ola de calor cuando la temperatura máxima diaria supera los 34ºC (Ministerio Sanidad, 2022). Si se tiene en cuenta esta definición durante el periodo analizado hubo 144 días de ola de calor relacionadas con entrada de aire sahariano distribuidas en 39 olas y 88 con situación de bloqueo anticiclónico que conformaron 33 olas de calor. La intensidad media (número de ºC de la temperatura máxima por encima de 34ºC) de las olas de calor cuando hay entrada de polvo del Sahara es de 2.2ºC y duran un promedio de 3,7 días. La duración máxima en este caso fue de 15 días. Para el caso de las olas de calor por bloqueo anticiclónico la intensidad media de la ola de calor fue de 1,6 ºC con una duración media de 2.7 días y con una duración máxima de 7 días. Es decir, nuestros datos confirman que las olas de calor de origen sahariano son más intensas y duran más.

 

¿Cómo afectan a la mortalidad diaria según su origen?

Para el caso de las olas de calor de origen sahariano cada día de ola de calor aumenta la mortalidad en Madrid en 3,9 (1,1 6,6) personas, es decir, una ola de calor de 5 días llevaría asociado un incremento de mortalidad atribuible a la temperatura de casi 20 personas. Por el contrario, si esta ola de calor fuese originada por una situación de bloqueo anticiclónico el aumento medio de la mortalidad es de 4,9 muertes/día (1,9 7,9). O sea, que la misma ola de calor de 5 días se le atribuiría una mortalidad de casi 25 muertes/día.

Además, el análisis por causas específicas circulatorias y respiratorias indica que la contaminación atmosférica juega un papel importante. En el caso de las intrusiones de polvo del Sahara las PM10 en las causas circulatorias se asocia con 3,0 muertes/día, el doble que para la temperatura (1,5 muertes/día). Para las respiratorias es el ozono con un valor medio en cada día de ola de calor de 2,0 muertes/día que es el doble que la mortalidad debida a la temperatura. En los días con ola de calor por bloque anticiclónico es el ozono troposférico el contaminante que se relaciona con la mortalidad diaria en ambas causas de muertes.  En el caso de las causas respiratorias la temperatura no se asociaría con muertes, pero sí el ozono. Estos resultados son coherentes con el papel importante que juegan las PM10 en la mortalidad diaria en el caso de intrusiones de polvo del Sahara (Díaz et al., 2017) y las situaciones de bloqueo en la formación del ozono (Díaz et al., 2018).

 

¿Cómo afectan a los ingresos hospitalarios diarios?

En los casos de olas de calor por intrusión de polvo del Sahara la temperatura no se asocia con los ingresos (Linares et al., 2008) pero sí las PM10 para las causas naturales y el ozono para las respiratorias (Reyes et al., 2014) Para las de bloqueo anticiclónico la temperatura sí se asocia con las 3 causas de ingresos, así como el ozono. Es decir, la temperatura en una ola de calor de origen sahariano ni siquiera se relaciona con los ingresos, pero sí en el caso de olas de bloqueo anticiclónico. De nuevo el impacto del ozono y las PM10 en estos ingresos es superior al de la temperatura.

 

¿A qué puede deberse este comportamiento?

Puede resultar paradójico que, pese a que las olas de calor de origen sahariano duran más y son más intensas, el efecto de la temperatura asociado es menor, tanto en mortalidad como en morbilidad que en las olas de calor que se producen por bloqueo anticiclónico. El motivo quizás pueda estar en que las olas de calor por bloqueo anticiclónico suelen darse las primeras cada año en una mayor proporción y, además, muchas olas de calor empiezan con bloqueo anticiclónico y luego les sigue la entrada de polvo del Sahara. Esto es de gran importancia desde el punto de vista del impacto en salud ya que las olas de calor que se dan a principio del año tienen un impacto superior en morbimortalidad por haber un mayor número de susceptibles (Díaz et al., 2002). Lo mismo ocurre en el impacto al principio de cada ola, que es superior al principio de cada ola y va disminuyendo los días posteriores por el mismo efecto siega antes citado.

 

¿Qué conclusiones se pueden extraer?

La primera es que no todas las olas de calor tienen el mismo impacto en salud y que no pueden ser consideradas de la misma forma y que, por tanto, debería incluirse su origen meteorológico a la hora de optimizar los planes de prevención ante altas temperaturas. La segunda conclusión es que el impacto en salud en una ola de calor no sólo se debe a la temperatura, sino que la contaminación juega un papel a veces superior al de la temperatura. Por tanto, deben articularse planes de prevención que integren (Linares et al., 2020) todos los fenómenos que se dan simultáneamente cuando se produce una ola de calor (aumento de la contaminación, incendios forestales, sequía, enfermedades transmitidas por agua y alimentos, enfermedades infecciosas transmitidos por vectores,) y no ceñirse exclusivamente a la temperatura como ocurre en la actualidad.

 

 

Cristina Linares.

Unidad de referencia en Cambio Climático, Salud y Medio Ambiente Urbano del Instituto de Salud Carlos III.

 

 

 

 

Julio Díaz.

Unidad de referencia en Cambio Climático, Salud y Medio Ambiente Urbano del Instituto de Salud Carlos III.