López-Bueno J, Linares C, Díaz J, Sanz A, Navas-Martín MA, Vellón JM, Follos F, Sánchez-Guevara C. Exploratory analysis of local extreme-temperature attributable mortality in an urban city of Madrid. Soc Sci Med. 2023;333:116115.

 

¿Qué se sabe sobre el tema?

En muchos países existen planes de prevención frente a las temperaturas extremas, pero éstos, que han venido siendo útiles hasta ahora, se están mostrando insuficientes. El ritmo del calentamiento global se acelera y cada vez requiere de sistemas de prevención más exigentes para ser eficaces. Actualmente, éstos se conciben como grandes sistemas de alerta a gran escala —nacional o regional—, sin desarrollar necesariamente intervenciones concretas sobre grupos vulnerables específicos y sin tener en cuenta las características locales para determinar las temperaturas de activación de dichos planes.

Por ello, una de las líneas que ofrece mayores oportunidades de mejora es el desarrollo de planes preventivos en salud pública a escala local. Esto permitiría adecuar los mensajes de alerta y sus canales de difusión a grupos de población diferentes por edad, actividad y vulnerabilidad. Por ejemplo, elaborando estrategias de comunicación y recomendaciones diferentes y específicas para, trabajadores expuestos a condiciones extremas, personas con cardiopatías, o con enfermedades neurológicas o renales e incluso, mujeres embarazadas.

Pero no solo eso, apoyándose en la red municipal, se podrían llevar a cabo la identificación de zonas más vulnerables sobre las que poder aplicar programas sociales, rehabilitación de viviendas y la construcción de refugios climáticos públicos. Este tipo de estrategias, en el medio y largo plazo redundaría en una adaptación a las nuevas condiciones climáticas que alcanzaría a aquellas personas que más dificultades tienen para protegerse por sus propios medios económicos.

El proyecto EPIU —Energy Poverty intelligence Unit—, que está desarrollando intervenciones piloto sobre barrios vulnerables del municipio urbano de Getafe (Madrid), ha permitido además evaluar las posibles ventajas de tal aproximación.

 

¿Qué añade este estudio a la literatura disponible?

Desde la Unidad de Referencia en Cambio Climático, Salud y Medioambiente Urbano del Instituto de Salud Carlos III se analizan los impactos de las temperaturas extremas desde una perspectiva epidemiológica. Esto es, se determinan los puntos de temperaturas estadísticamente asociadas con las tasas de mortalidad diaria inusualmente elevadas. Estas temperaturas nos sirven para definir lo que debe ser considerado como temperatura umbral en ola de calor/frío en Salud Pública, pues son las temperaturas extremas las que alertarán de la sobrecarga del sistema sanitario.

Además, a partir de estas temperaturas umbral es posible establecer unos indicadores de vulnerabilidad a los extremos térmicos con los que se puede evaluar de forma comparada el nivel de susceptibilidad entre distintos grupos de población.

Esto se hizo con datos de la población getafeña, y se comparó la vulnerabilidad al calor y al frío extremo con el encontrado para la población rural y urbana del mismo entorno.

 

¿Cuáles son las implicaciones de los resultados obtenidos?

El primer resultado relevante encontrado en el caso del municipio de Getafe es que presenta una vulnerabilidad menor al calor extremo que la zona urbana del entorno geográfico de Madrid y sus alrededores metropolitanos.

En este municipio, se sitúa una base aérea que obliga a limitar la altura de los edificios, condicionando el desarrollo urbanístico y dando lugar a una densidad de población anormalmente baja. Junto con esto, el municipio presenta áreas verdes muy destacadas. Quizá estas particularidades podrían estar mitigando la exposición al calor en relación con otras zonas comparables del entorno.

Así mismo, se ha detectado que la vulnerabilidad a las olas de frío es superior que a las olas de calor. Esto se manifestó en el número de olas de frío epidemiológicas (430) frente a las de calor (202) en el periodo analizado (1999-2013).

Este municipio estaría bajo la cobertura del plan preventivo frente a bajas temperaturas de la Comunidad de Madrid. Éste se pone en marcha en toda la provincia cuando la temperatura es inferior a los -2ºC. Cuando esto ocurre, se dispara la alerta para toda la provincia. Sin embargo, en el estudio, se encontró que para el municipio el umbral que marca el crecimiento de la mortalidad son las temperaturas mínimas diarias de 0ºC. De esto se desprende que el plan general estaría desprotegiendo a dicho municipio, que soporta 2 grados Celsius de “frío de riesgo en salud” sin beneficiarse de actuación preventiva alguna.

En conclusión, este es un estudio de caso que pone en evidencia la necesidad de especificar las actuaciones preventivas por temperaturas extremas. La evolución del clima en el contexto de cambio climático está elevando los riesgos ambientales entre las principales preocupaciones de la salud pública; y no actualizar las estrategias epidemiológicas asociadas —o hacerlo a una velocidad insuficiente— implica asumir defunciones y pérdida de calidad de vida que serían evitables.

 

 

José Antonio López-Bueno
Investigador Unidad de Referencia en Cambio Climático, Salud y Medio Ambiente Urbano del ISCIII.