Hoy por hoy, se pierde mucho de la luz nocturna natural de nuestro planeta como la luz de las estrellas, la luz de la luna, la luz de vida silvestre, etc. a causa de la contaminación lumínica especialmente en las grandes ciudades. La contaminación lumínica ocurre cuando la luz artificial es producida por la actividad del ser humano y afecta negativamente la salud y el bienestar de la población (1).

Existen cinco diferentes tipos de contaminación lumínica como el deslumbramiento se refiere al brillo excesivo de luces que causa molestias visuales o una reducción en la capacidad de ver objetos. Luz dispersa  o conocida como Skyglow es el brillo del cielo nocturno sobre áreas habitadas debido a la luz reflejada y esparcida por la atmósfera. Clutter son agrupaciones de luz brillante confusas y excesivas. Luz reflejada es la luz que se refleja de las superficies cercanas que se propagan en diferentes direcciones alrededor de la instalación de iluminación y Spill light es luz emitida fuera del área para la cual está diseñada una instalación de iluminación hacia áreas donde no es necesaria (1).

La tasa de contaminación lumínica ha aumentado rápidamente debido a la urbanización y la introducción de diodos emisores de luz que aceleran el proceso de contaminación lumínica. La iluminancia nocturna en las zonas urbanas alcanza los 20 lumen por metro cuadrado (lx)  e incluso los 150 lx en algunos lugares, en las ciudades supera exponencialmente el nivel que se puede experimentar bajo la luz de la luna que son los 0,3 lx (2) (3).

Alrededor del 80% de las personas viven bajo cielos con contaminación lumínica y con un aumento de hasta un 10% anualmente, lo que representa una grave amenaza para la salud humana (3). Existe evidencia científica que los efectos en la salud de la población son negativos como reducción en la producción de melatonina lo que provoca falta de sueño, fatiga, dolores de cabeza, estrés, ansiedad, etc. (1).

Durante un día existen 12 horas de luz y 12 horas de oscuridad que son las que el ser humano utiliza para dormir, cuando  este ritmo circadiano es alterado por la contaminación lumínica provoca  mucha alteración en la producción de melatonina y por lo tanto en el sueño, el estado de ánimo y la cognición. La alteración grave de los ritmos circadianos provoca mayor riesgo de padecer cáncer de mama, próstata, endometrio, ovario, colorrectal y piel; enfermedades cardiovasculares, endometriosis, problemas gastrointestinales y digestivos, diabetes, obesidad, depresión y falta de sueño (4).

Algunas de las recomendaciones que se han propuesto son (1):

  • Especificar zonas libres de luz artificial nocturna y legislar la delimitación de luz emitida en áreas geográficas de la luz artificial nocturna.
  • Integrar sensores que encienden las luces en los aparcamientos o en los caminos de los parques sólo cuando se acerca la gente.
  • Reequipar el alumbrado o la luminaria para restringir la luz.
  • Usar temporizadores para reducir la luz innecesaria en momentos en que no se ocupe.
  • Instalar iluminación sostenible para reducir los costes energéticos y la producción de CO2 y minimizar el impacto de la luz artificial nocturna.

 

Referencias

  1. Dirección General de Medio Ambiente (Comisión Europea). Light pollution: mitigation measures for environmental protection [Internet]. LU: Oficina de Publicaciones de la Unión Europea; 2023 [citado 15 de enero de 2024]. Disponible en: https://data.europa.eu/doi/10.2779/906521
  2. Rumanova VS, Okuliarova M, Zeman M. Differential Effects of Constant Light and Dim Light at Night on the Circadian Control of Metabolism and Behavior. Int J Mol Sci. 31 de julio de 2020;21(15):5478.
  3. Zeman M, Okuliarova M, Rumanova VS. Disturbances of Hormonal Circadian Rhythms by Light Pollution. Int J Mol Sci. 14 de abril de 2023;24(8):7255.
  4. Artificial Light: 4. What effects on health have been observed? – Comisión Europea [Internet]. [citado 15 de enero de 2024]. Disponible en: https://ec.europa.eu/health/scientific_committees/opinions_layman/artificial-light/es/l-2/4-effects-health.htm#0

 

 

Mónica Miriam García Cuéllar
Master en Salud Pública y Promoción de la Salud.
Editora científica OSMAN