Comentario del artículo Individual blood concentrations of persistent organic pollutants and chemical elements, and COVID-19: a prospective cohort study in Barcelona. Miquel Porta, José Pumarega, Magda Gasull, Ruth Aguilar, Luis A. Henríquez-Hernández, Xavier Basagaña, Manuel, Judith Villar, Cristina Rius, Sneha Mehta, Marta Vidal, Alfons Jimenez, Laura Campi, Joan Lop, Octavio L. Pérez Luzardo, Carlota Dobaño y Gemma Moncunill. https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0013935123002116.

 

¿Qué se sabe sobre el tema?

Durante la pandemia por COVID-19 se han observado grandes diferencias –que a día de hoy siguen en buena medida sin explicación científica– en las respuestas inmunológicas y clínicas a la infección por SARS-CoV-2. ¿Por qué en condiciones de exposición similares al virus unas personas se infectaban y otras no, por qué unas desarrollaban la enfermedad y otras no?

Numerosos contaminantes químicos ambientales, como los compuestos orgánicos persistentes (COP) y los llamados ‘elementos químicos’ (incluidos algunos metales, oligoelementos esenciales, elementos de tierras raras y elementos minoritarios), son inmunotóxicos y causan diversos efectos clínicos adversos. Hasta ahora no se han publicado estudios prospectivos en humanos sobre los efectos de dichos contaminantes químicos ambientales en la incidencia de la infección por SARS-CoV-2 y la COVID-19.

 

¿En qué dirección deberían ir los estudios epidemiológicos sobre este ámbito?

El objetivo del estudio fue investigar la influencia de las concentraciones sanguíneas de los COP y los elementos químicos (medidos 4 años antes de la pandemia) en el desarrollo de la infección por SARS-CoV-2 y COVID-19 en individuos de la población general. Se realizó un estudio de cohortes prospectivo en 154 individuos de la población general de Barcelona. Los COP y los elementos se midieron en muestras de sangre recogidas en 2016-2017. La infección por SARS-CoV-2 se detectó en muestras de sangre recogidas en 2020-2021. Analizamos las asociaciones entre las concentraciones de contaminantes y la infección por SARS-CoV-2 y el desarrollo de COVID-19, teniendo en cuenta los hábitos personales y las condiciones de vida durante la pandemia de los participantes en la cohorte.

Observamos un aumento del riesgo de COVID-19 en las personas con mayores concentraciones sanguíneas de DDE, DDD, plomo, talio, rutenio, tántalo, benzo(b)fluoranteno y manganeso. El talio y el rutenio se asociaron también con la infección por SARS-CoV-2, al igual que el plomo, el oro y (protectoramente) el hierro y el selenio. Varios contaminantes persistentes históricamente prevalentes, así como el arsénico, cadmio, mercurio y zinc no aumentaron el riesgo de COVID-19 ni de la infección por SARS-CoV-2. Identificamos mezclas de hasta cinco sustancias (de varios grupos químicos), con todas las sustancias asociadas al riesgo de COVID-19 y al de la infección por SARS-CoV-2.

 

¿Cuáles son las implicaciones y cuál es el papel de los profesionales sanitarios?

Los resultados tienen una considerable relevancia científica y social. Proporcionan la primera evidencia prospectiva y basada en una población general sana de un posible vínculo entre las concentraciones personales de algunos contaminantes y la infección por SARS-CoV-2 y la COVID-19. Tales contaminantes pueden contribuir a explicar las grandes diferencias observadas durante la pandemia en las respuestas inmunológicas y clínicas a la infección por SARS-CoV-2 en la población general. Si los próximos estudios prospectivos en humanos confirman como causales las asociaciones que hemos observado, existen políticas para mitigar los correspondientes riesgos.

 

Miquel Porta Serra
Investigador y catedrático de salud pública,
Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM) y Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Barcelona
IMIM – Hospital del Mar – prbb