Año tras año, las temperaturas de cada estación nos siguen sorprendiendo y convirtiéndose en noticia. El calor en verano, el frío en invierno. Este año el invierno ha llegado con temperaturas muy bajas. Aunque el frío en invierno sea lo normal, los modelos que intentan predecir los efectos del cambio climático nos dicen que los fenómenos extremos serán cada vez más habituales. El otoño dio paso al invierno con fuertes lluvias e inundaciones aunque empezó tarde y siguió haciendo calor veraniego hasta bien avanzado octubre.
Si esto es efecto del cambio climático es una valoración difícil de llevar a cabo, ya que el clima es un sistema complejo cuyas tendencias se estudian a largo plazo.
El impacto del frío en la salud en mayor que el del calor, como ya recogíamos en nuestro boletín número 88, en el que colaboraban investigadores del Instituto de Salud Carlos III (Julio Díaz et al.) y en el que ponían de manifiesto la necesidad de medidas preventivas de salud pública y planes de acción contra los efectos del frío. Las bajas temperaturas ponen además de manifiesto problemas sociales como la pobreza energética o las condiciones de vida de los migrantes.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha puesto en marcha una campaña para paliar los efectos negativos del frío en la salud, con consejos y medidas generales para prepararse ante la llegada del invierno (aislamiento de viviendas, vacunación para la gripe, etc) y para actuar ante las bajas temperaturas (mantener la vivienda cálida pero asegurando una correcta ventilación, tener en cuenta la previsión del tiempo, consejos para reconocer lesiones por frío, etc.).
La web de la OMS puede consultarse aquí (ingl).