Se ha estimado que unos diez millones de personas podrían morir anualmente de aquí a 2050 debido a la farmacorresistencia,1.

El pasado 7 de febrero de 2023, se publicó el informe “Preparándose para las superbacterias: fortalecimiento de las medidas ambientales relativas a la respuesta por el enfoque ‘Una sola salud’ ante la resistencia a los antimicrobianos”2 donde se evidencia que el medio ambiente desempeña un rol clave en la aparición, transmisión y propagación de la resistencia a los antimicrobianos. Los antimicrobianos (antibióticos, antivirales, antifúngicos y antiparasitarios) son medicamentos ampliamente utilizados para prevenir y tratar infecciones tanto en seres humanos como en otros seres vivos asociados a las actividades de acuicultura, ganadería y producción agrícola3.

Y es que, la resistencia a estos, es uno de los mayores problemas de salud pública en el mundo4, lo cual supone una amenaza urgente y crítica para la salud de animales y plantas, la seguridad alimentaria y el desarrollo económico, de ahí el enfoque tan necesario One Health5.

Por otro lado, la resistencia a los antimicrobianos está estrechamente vinculada a la triple crisis planetaria (causada por el cambio climático, la pérdida de recursos naturales y biodiversidad, y la contaminación y desechos), una crisis que empeora como consecuencia de las actividades humanas y las modalidades de consumo y producción no sostenibles. Por eso se requieren respuestas y soluciones con el objetivo de prevenir y reducir al mínimo la contaminación ambiental como manera de hacer frente a la crisis de la resistencia a los antimicrobianos6.

Es por eso que la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) está trabajando con el fin de crear sistemas agroalimentarios más eficientes, más inclusivos, más resilientes y más sostenibles para una mejor producción, una mejor nutrición y un mejor medio ambiente7.

Además, el sector farmacéutico y el sector de la alimentación y agricultura deben tomar acciones colaborativas y establecer estándares internacionales relativos a los indicadores microbiológicos adecuados de resistencia a los antimicrobianos que pueden usarse para tomar decisiones en materia de reducción de riesgos y crear incentivos efectivos de implementación de los estándares, entre otras soluciones6.

 

Referencias:

  1. O’Neill, J. (2016). Tackling Drug-Resistant Infections Globally: Final Report and Recommendations. Review on Antimicrobial Resistance. London: Wellcome Trust. https://amr-review.org/sites/default/files/160518_Final paper_with cover.pdf
  2. ONU. (2023).  Bracing for Superbugs: Strengthening Environmental Action in the One Health Response to Antimicrobial Resistance. https://www.unep.org/es/resources/superbugs/environmental-action
  3. https://wedocs.unep.org/bitstream/handle/20.500.11822/41684/AMR_Key_messages_SP.pdf?sequence=23
  4. https://news.un.org/es/story/2019/01/1449582
  5. https://www.unep.org/es/noticias-y-reportajes/comunicado-de-prensa/puesta-en-marcha-del-plan-de-accion-conjunto-sobre-una
  6. https://wedocs.unep.org/bitstream/handle/20.500.11822/41684/AMR_Key_messages_SP.pdf?sequence=23
  7. https://www.fao.org/newsroom/detail/fao-antimicrobial-resistance-agrifood-systems-GLG-Meeting-Barbados/es

 

Amor Escoz Roldán.
Técnica Superior en Salud Ambiental, Ambientóloga,
Educadora Ambiental y Doctora en Ciencias de la Educación.