Comentario del artículo: Are climate change and mental health correlated?

Referencia: Ramadan, A.M.H. y Ataallah, A.G. (2021) Are climate change and mental health correlated? General Psychiatry 34, e100648. 10.1136/gpsych-2021-100648

 

¿Qué se sabe sobre el tema?

Existe una amplia evidencia científica sobre la relación que hay entre el cambio climático y la salud mental. La salud mental puede verse afectada de forma directa especialmente tras eventos climatológicos agudos, a partir de un aumento de la ansiedad, trastornos de estrés post-traumático, depresión, consumo de sustancias y violencia doméstica tras dichos eventos [1]. Además, estos episodios también pueden tener efectos indirectos sobre la salud mental, debido a que tras determinadas catástrofes meteorológicas se producen pérdidas económicas por el daño en propiedades, negocios, interrupción de los servicios educativos y sanitarios, reducción de las oportunidades de empleo, aumento de los conflictos, migración forzada, etc. Todo esto ocasiona un impacto muy significativo en la salud mental de las personas [2].

La investigación en este ámbito está limitada a países de renta media y alta, lo que supone un problema porque no se suele estudiar a la población más afectada, que son precisamente los más vulnerables frente al cambio climático [3].

 

 

¿Qué añade este estudio a la literatura disponible?

Desde la década de 1980, la media global de las temperaturas ha ido en aumento y ha provocado el desarrollo de eventos climatológicos extremos especialmente durante los veranos y los inviernos, con la aparición de huracanes, inundaciones, olas de calor, etc. Estos eventos, como consecuencia, han provocado impactos negativos muy significativos en la salud mental de las personas, sobre todo en aquellas que viven en zonas rurales e indígenas [4].

Este estudio de revisión contribuye a comprender el impacto actual de las catástrofes relacionadas con el cambio climático en la salud mental.

Por ejemplo, en octubre de 2017, el huracán María que fue uno de los peores desastres naturales en relación con el clima de toda la historia, afectó a las islas del norte del Caribe. Puerto Rico, las islas dominicanas, las Bahamas o Haití se vieron enormemente afectadas. Concretamente en Puerto Rico, antes de la llegada de dicho huracán, los ciudadanos se estaban viendo afectados por una recesión desde hace 10 años que provocó que muchos de ellos perdieran sus empleos y fueran a la bancarrota. Esto llevó a un aumento de problemas mentales entre los ciudadanos y tras lo ocurrido con el huracán María, la tasa de problemas mentales aumentó mucho más. Según un estudio que se llevó a cabo tras este desastre natural, se incrementó en un 16% la tasa de suicidio en un solo año desde 2016 y un 26% la tasa general de suicidios en el mismo período tras el huracán María [5].

Otro ejemplo viene protagonizado por el huracán Katrina, que azotó Estados Unidos en agosto de 2005. Provocó el desplazamiento de 650.000 individuos, la muerte de 2000 personas y una gran cantidad de daños, siendo el desastre natural más costoso económicamente de toda la historia de Estados Unidos [6]. Las personas más afectadas fueron aquellas que tenían menos ingresos y la comunidad de personas negras, que sufrieron la pérdida de trabajos y la ruina financiera [7].

A raíz del evento, los casos de problemas mentales aumentaron de forma significativa. A partir de un estudio que se realizó entre cinco y siete meses después del desastre, se comprobó que el 49% de los afectados eran propensos a sufrir una enfermedad mental de moderada a grave y que el 30.3% estaba sufriendo un desorden de estrés post-traumático tras el huracán [8].

 

¿Cuáles son las implicaciones de los resultados obtenidos?

El trabajo permite comprender la importancia de contribuir a resolver el problema a nivel político y corporativo, intentando legislar y disminuir las emisiones; y a nivel individual, aprendiendo a hacer frente a los impactos de dichas catástrofes.

Algunas de las medidas que se pueden tomar para reducir el cambio climático son: la producción de hidrógeno sin emisiones de carbono, el almacenamiento a gran escala de electricidad de larga duración, electrocombustibles, biocombustibles avanzados, cemento cero carbono, acero cero carbono, fertilizante de carbono cero, captura de carbono, entre otros.

También es necesaria una mayor financiación en investigación para poder estudiar nuevas estrategias y lo que es más importante, para poder llevar a cabo esas investigaciones en las zonas donde vive la gente más desfavorecida. Como se ha evidenciado, estas personas son las que sufren con mayor gravedad los eventos meteorológicos extremos y, por ende, las que mayores condiciones mentales podrían presentar.

Desde el ámbito político se debería luchar por limitar el aumento de temperatura a 1.5ºC e impulsar tecnologías de reducción de gases de efecto invernadero, especialmente por parte de los países más ricos, porque son los principales responsables del cambio climático. Por otra parte, es necesario prestar una mayor atención a las comunidades más vulnerables, porque son las que sufren mayoritariamente los efectos del cambio climático y como se ha evidenciado, esto provoca una mayor incidencia de problemas de salud mental.

Finalmente, a nivel de ciudadanía, la población debe limitar las emisiones de gases de efecto invernadero en sus acciones cotidianas, pero también debería involucrarse más a la hora de hacer un consumo que sea respetuoso con el medio ambiente y el clima.

 

[1] Morganstein JC, Ursano RJ. Ecological disasters and mental health: causes, consequences, and interventions. Front Psychiatry 2020;11:1. 10.3389/fpsyt.2020.00001

[2] Costello A, Abbas M, Allen A, et al. . Managing the health effects of climate change. The Lancet 2009;373:1693–733. 10.1016/S0140-6736(09)60935-1

[3] Cooper SJ, Wheeler T. Rural household vulnerability to climate risk in Uganda. Regional Environmental Change 2017;17:649–63. 10.1007/s10113-016-1049-5

[4] World Data. info. Climate change and global warming, 2020. Available: https://www.worlddata.info/global-warming.php

[5] Ramphal L. Medical and psychosocial needs of the Puerto Rican people after Hurricane Maria. Proc 2018;31:294–6. 10.1080/08998280.2018.1459399

[6] Knabb RD, Rhome JR, Brown DP. Tropical cyclone report, Hurricane Katrina, 23-30 August, 2005. PP. 43. retrieved from national Hurricane center website. Available: https://www.nhc.noaa.gov/data/tcr/AL122005_Katrina.pdf

[7] Fussell E, Sastry N, Vanlandingham M. Race, socioeconomic status, and return migration to New Orleans after Hurricane Katrina. Popul Environ 2010;31:20–42. 10.1007/s11111-009-0092-2

[8] Kessler RC, Barker PR, Colpe LJ, et al. Screening for serious mental illness in the general population. Arch Gen Psychiatry 2003;60:184–9. 10.1001/archpsyc.60.2.184

Ana María García Fernández. Graduada en Biología. Máster en Investigación y Avances en Microbiología. Máster en Profesorado de Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato, Formación Profesional y Enseñanza de Idiomas. Estudiante del Máster en Educación Ambiental.