Se publica hoy, 16 de octubre de 2019, el informe de Calidad del Aire en Europa 2019 realizado por la Agencia Europea de Medio Ambiente (Air quality in Europe – 2019 report), agencia reguladora del Unión Europea encargada de proporcionar información independiente sobre el medio ambiente. Este informe presenta un análisis de la calidad del aire en Europa desde 2000 hasta 2017, revisando el progreso del cumplimiento de los estándares de calidad del aire establecidos en las dos Directivas de calidad del aire ambiental de la UE y las directrices de calidad del aire de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Entre sus principales conclusiones, encontramos la cifra de 102.000 muertes prematuras en Europa por afecciones relacionadas con la calidad del aire, que se podrían haber evitado si los países europeos redujeran la contaminación a los niveles recomendados por la UE y la OMS. Poco a poco se va mejorando, pero aún se está muy lejos de los niveles óptimos como arrojan los cálculos del informe: si se suman los datos de estos tres compuestos que reducen la calidad del aire (partículas en suspensión de diámetro menor de 2,5 micras, dióxido de carbono y ozono), la contaminación atmosférica provocó en 2015 (informe de 2018) un total de 518.700 muertes; mientras que en 2016 (informe de 2019) fueron 498.000 muertes, es decir, un descenso interanual de 20.700 muertes prematuras en el conjunto de Europa. Respecto a España, la AEMA calcula que las PM-2,5 causaron 27.900 muertes prematuras en 2015 (informe de 2018) y 24.100 muertes prematuras en 2016 (informe de 2019).

El informe también pone de manifiesto que, además de dañar la salud y reducir la esperanza de vida, la mala calidad del aire también causa pérdidas económicas, por ejemplo, a través de mayores costos de atención médica, menores rendimientos de la agricultura y la silvicultura, y una menor productividad laboral.

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