El proyecto ITMA (Impacto de la Tecnología en el Medioambiente), en el que participan ingenieros, informáticos y médicos del Centro Superior para el Procesamiento de la Información (CeSPI) de la Universidad Nacional de La Plata (Argentina), monitoriza y estudia el impacto de las radiaciones emitidas por las tecnologías de comunicaciones en el ambiente, y sus consecuencias para la salud de las personas. Dicho proyecto se realiza bajo las recomendaciones de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (ITU) y con los niveles de potencia establecidos por La Comisión Internacional de Protección de Radiación no Ionizante (ICNIRP) y la Organización Mundial de la Salud OMS.
En las últimas décadas, con los avances tecnológicos, la población se ha visto sometida a elevados niveles de radiación por las ondas electromagnéticas artificiales. Aunque la relación directa de este hecho con el padecer ciertos tipos de enfermedades aún no está demostrada, la OMS lo ha definido como potencialmente cancerígeno y toma medidas de carácter preventivo para controlar los niveles de potencia a los que se somete a las personas.
Interesantes recomendaciones en el uso de ciertos aparatos como el teléfono móvil o las aclaraciones de ciertos falsos mitos, son algunos de los resultados que su director, el ingeniero Pedro Brisson, aclara en sus explicaciones sobre los resultados del proyecto.
El Observatorio de Salud y Medio Ambiente de Andalucía (OSMAN) dispone de una guía sobre los efectos en salud de los campos electromagnéticos de teléfonos móviles y estaciones de base.

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