Investigadores del Centro de Investigación Biomédica en Red de Fragilidad y Envejecimiento Saludable (CIBERFES) en la Universidad de Castilla-La Mancha y en el Hospital Virgen del Valle de Toledo han demostrado que los niveles más bajos de actividad física moderada-vigorosa predicen el desarrollo de niveles más altos de fragilidad en las personas mayores.
Estos resultados, que acaban de publicarse en el Journal of Cachexia, Sarcopenia and Muscle, avalan la importancia de implementar intervenciones dirigidas a promover los niveles de actividad física de intensidad moderada-vigorosa desde etapas más tempranas para promover el envejecimiento exitoso.
Los resultados indican que el comportamiento sedentario no es un determinante de la fragilidad, sino más bien una consecuencia de la misma. Aumentar la actividad física y reducir el sedentarismo es clave para atenuar la disminución en la masa muscular y la función física asociadas al envejecimiento.

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