Se publica el informe anual 2019 de The Lancet Countdown, sobre el impacto de la crisis climática en la salud llevado a cabo 120 expertos pertenecientes a 35 instituciones. Entre estas figuran la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Banco Mundial, el University College London y la Universidad Tsinghua.
En este estudio se pone de manifiesto que la infancia es especialmente vulnerable a los riesgos sanitarios del cambio climático. Sus cuerpos y sistemas inmunitarios aún están en proceso de desarrollo, por lo que son más susceptibles a enfermedades y contaminantes medioambientales. Los brotes de cólera, las enfermedades diarreicas y el dengue se multiplican con el aumento de las temperaturas.
Los daños ocurridos en la primera infancia son persistentes y generalizados, y sus repercusiones sanitarias duran toda una vida. Además, la reducción de las cosechas amenaza la seguridad alimentaria y sube los precios de los alimentos. Los lactantes y niños de corta edad son los más afectados por la malnutrición y problemas sanitarios relacionados, como el retraso estatural, sistemas inmunitarios débiles y problemas de desarrollo a largo plazo.

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