Comentario del artículo: “Reducing the health effects of hot weather and heat extremes: from personal cooling strategies to green cities”.

Referencia: Jay O, Capon A, Berry P, Broderick C, de Dear R, Havenith G, Honda Y, Kovats RS, Ma W, Malik A, Morris NB, Nybo L, Seneviratne SI, Vanos J, Ebi KL. Reducing the health effects of hot weather and heat extremes: from personal cooling strategies to green cities. Lancet. 2021 Aug 21;398(10301):709-724.

 

  • ¿Qué se sabe sobre el tema?

Los efectos del cambio climático, como las olas de calor, tienen un gran impacto en la salud. Las temperaturas por encima de la media a largo plazo se asocian con un exceso de mortalidad. Esto afecta aún más a las clases más desfavorecidas, a las personas mayores o con discapacidades físicas, personas con enfermedades cardiopulmonares u otras enfermedades crónicas, y niños/as, independientemente del nivel de ingresos o de la región geográfica en las que vivan.  Se prevé que la morbilidad y la mortalidad relacionada con el calor aumenten aún más a medida que avanza el cambio climático, con un mayor riesgo asociado a medida que aumenta la temperatura por el calentamiento global. Además de la mortalidad, sufrir temperaturas extremas se asocia también a mayores problemas de salud mental y eventos adversos en el embarazo y en el parto, así como un aumento de las visitas a los servicios de urgencias y de los ingresos hospitalarios con un consiguiente aumento de los costes sanitarios [1].

Por otro lado, el cambio climático está interactuando con otras tendencias, como el envejecimiento de la población y el desarrollo socioeconómico, factores que pueden exacerbar los riesgos relacionados con el calor. Hacer frente a las olas de calor es especialmente difícil para las personas de que no pueden permitirse el lujo de tener aire acondicionado o tienen un acceso restringido al agua potable. Dado que el mundo se enfrenta a un clima aún más caluroso como consecuencia del cambio climático global, es importante conocer cuáles son las medidas de prevención más eficaces que pueden aplicarse, especialmente en entornos de bajos recursos.

 

  • ¿Qué añade este estudio a la literatura disponible?

Las consecuencias e impacto para la salud humana que tienen las cada vez más frecuentes olas de calor extremas, así como las medidas preventivas para gestionarlo, son dos de las principales cuestiones que se abordan en una nueva serie publicada en la revista médica británica The Lancet. En este segundo artículo de la serie [2] se describe cómo una futura dependencia del aire acondicionado es insostenible y margina aún más a las comunidades más vulnerables al calor. Según el artículo, las altas temperaturas que experimenta el individuo son el resultado de un sistema de escala de calor, que interactúa y genera una cascada de calor descendente en la que el exceso de carga térmica en el ambiente y a nivel urbano se transfiere a los edificios y por último al individuo (ver figura).  Así, las características del entorno térmico en el que vivimos son esenciales y pueden modificarse para reducir la cantidad de calor que se transfiere de un nivel de la cascada al siguiente. Dentro de este marco, se describen las oportunidades para aplicar estrategias de refrigeración más baratas y mucho más sostenibles durante las olas de calor, a nivel del ambiente y ámbito urbano (por ejemplo, ampliando espacios azules y verdes), en los edificios (cambiando materiales en los edificios y añadiendo ventilación natural) y en las personas. Los autores resumen los beneficios y las limitaciones de cada estrategia, teniendo en cuenta que la eficacia de cada estrategia depende del entorno concreto en el que se implemente. Además, muestra numerosas oportunidades sostenibles para mantener a la gente más fresca, y recomienda intervenciones eficientes para entornos más vulnerables como residencias de ancianos, barrios marginales, lugares de trabajo, escuelas, lugares de reuniones multitudinarias, campos de refugiados y espacios de práctica deportiva.

La integración de esta información en planes de acción contra el calor bien comunicados, con una vigilancia y un seguimiento sólidos, es esencial para reducir las consecuencias adversas para la salud del calor extremo.

 

  • ¿Cuáles son las implicaciones de los resultados obtenidos?

La comunidad andaluza es la región que más olas de calor ha sufrido de las ocurridas en España. Jaén se sitúa como la quinta provincia española con mayor número de periodos cálidos con un total de 201 días con altas temperaturas [3]. Un estudio reciente [4] realizado con datos empíricos, durante el período 1991-2018, en 43 países (732 lugares) entre los que se encuentra Sevilla (España) estima que el 37% de las muertes relacionadas con el calor se pueden atribuir al exceso de calor consecuencia del reciente calentamiento global. Este tipo de estudio son una clara evidencia de la necesidad urgente de estrategias sostenibles y efectivas para minimizar los impactos del cambio climático en la salud pública. Por otro lado, según el Informe del estado de la pobreza del 2020, el 28,5 % de la población andaluza está en riesgo de pobreza y/o exclusión social, y más de un 10% no pueden mantener la vivienda a una temperatura adecuada [5]. Datos que se agravan debido a la continua subida del precio de la electricidad.

Cada año, Andalucía activa el Plan andaluz de prevención contra los efectos de temperaturas excesivas sobre la salud [6] cuyos objetivos son reducir el impacto sobre la salud asociado al incremento de las temperaturas y las olas de calor, establecer un sistema de coordinación e intercambio de la información entre las instituciones implicadas, y centrar los esfuerzos en actividades preventivas en poblaciones de riesgo. Tener en cuenta una visión más holística del ambiente y su relación con el individuo, así como disponer de un conjunto de intervenciones eficientes para entornos más vulnerables como la mostrada en esta revisión de Lancet, son una oportunidad para avanzar en planes que mitiguen las importantes consecuencias que calentamiento global tiene para la salud de la población.

 

Referencias:

[1] Ebi KL, Capon A, Berry P, Broderick C, de Dear R, Havenith G, Honda Y, Kovats RS, Ma W, Malik A, Morris NB, Nybo L, Seneviratne SI, Vanos J, Jay O. Hot weather and heat extremes: health risks. Lancet. 2021 Aug 21;398(10301):698-708.

[2] Jay O, Capon A, Berry P, Broderick C, de Dear R, Havenith G, Honda Y, Kovats RS, Ma W, Malik A, Morris NB, Nybo L, Seneviratne SI, Vanos J, Ebi KL. Reducing the health effects of hot weather and heat extremes: from personal cooling strategies to green cities. Lancet. 2021 Aug 21;398(10301):709-724.

[3] Andalucia en Datos. https://www.andaluciaendatos.es/andalucia-a-la-cabeza-en-numero-de-olas-de-calor

[4] Vicedo-Cabrera AM, Scovronick N, Sera F, Royé D, Schneider R, Tobias A, Astrom C, Guo Y, et al. The burden of heat-related mortality attributable to recent human-induced climate change. Nat Clim Chang. 2021 Jun;11(6):492-500.

[5] EL ESTADO DE LA POBREZA. Seguimiento del indicador de pobreza y exclusión social en España 2008-2020. Disponible en: https://www.eapn.es/estadodepobreza/ARCHIVO/documentos/informe-AROPE-2021-andalucia.pdf

[6] PLAN ANDALUZ PARA LA PREVENCIÓN DE LOS EFECTOS DE LAS TEMPERATURAS EXCESIVAS SOBRE LA SALUD 2020. Consejería de Salud y Familias. Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación Consejería de la Presidencia, Administración Pública e Interior.  Disponible en: https://www.juntadeandalucia.es/export/drupaljda/Plan%20Andaluz%20Temperaturas%20Excesivas%202020_0.pdf

 

Figura. Vías de transferencia de calor en todos los niveles de la cascada de calor [2]