Los incendios forestales se producen por la combustión de la vegetación del territorio a partir de un fuego originado por causas naturales o por causas antropogénicas. Aunque no son exclusivos del estío, sí son comunes en verano debido a las altas temperaturas, menor humedad ambiental y mayor cantidad de materia vegetal seca.

Desde hace años, el verano se ha convertido en escenario de temperaturas cada más elevadas en forma de olas de calor y noches tropicales y de incendios más pavorosos. Son fenómenos que se están agravando por el cambio climático, según publica el organismo de Naciones Unidas dedicado al cambio climático, el IPCC, en su último informe (1), donde entre otra evidencia, señala la relación entre la elevación de la temperatura media global y los llamados “megaincendios”.

Además de los efectos más visibles sobre el medio como la pérdida de patrimonio natural o agrícola, la muerte de fauna y ganado, la contaminación del aire y el agua por la ceniza y la erosión, la pérdida de viviendas, recursos y vidas humanas, los incendios tienen efectos sobre la salud pública. Hay que señalar que la evaluación de los riesgos para la salud de la exposición al humo de los incendios es compleja: hay que tener en cuenta factores críticos como las características de los contaminantes, la exposición de la población, la exposición individual, la susceptibilidad de las personas expuestas, los posibles factores confusores y el rango de los efectos en salud estudiados (2). En general, los efectos en salud de los incendios pueden clasificarse en:

  • Impactos directos: quemaduras, incremento de la mortalidad diaria por exposición a humo, shock térmico por el calor. Son efectos que afectan sobre todo al personal dedicado a la extinción del incendio (3).

 

  • Impactos derivados de la exposición a la contaminación atmosférica: el humo procedente de los incendios puede contener partículas (PM), óxido de nitrógeno (NOx), dióxido de azufre (SO2), monóxido de carbono (CO), compuestos orgánicos persistentes, como dioxinas y furanos, radionucleidos secundarios derivados del radón, bifenilos policlorados y plaguicidas (2,4). La exposición a estos contaminantes puede dar lugar a morbi-mortalidad cardiovascular, incremento de la mortalidad (5,6) y hay cierta evidencia poco concluyente sobre influencia sobre el peso de los recién nacidos, diabetes, inflamaciones sistemáticas, diarreas y enfermedades mentales (6).

 

  • Impactos derivados de la contaminación del agua y el suelo: El suelo y el agua se ven afectados por la llegada de sustancias contaminantes procedentes de los incendios (sustancias procedentes tanto de la quema como del uso de compuestos químicos para la extinción), pudiendo afectar a los sistemas de potabilización de agua, contaminar acuíferos y llegar a la cadena alimentaria (7–9).

 

  • Impactos sobre la salud mental: los eventos traumáticos, y un incendio lo es pueden tener un impacto negativo sobre la salud mental de las poblaciones afectadas, sus familiares y los profesionales que participan en la extinción. Estos efectos pueden manifestarse a medio y largo plazo (10).

Para minimizar impactos en la salud derivados de la contaminación del aire, las medidas recomendadas por expertos, se basan en las propuestas por las guías de calidad del aire de la OMS (2):

  • Nivel 1, “alerta”: Se recomienda que todas las personas con enfermedades pulmonares o cardíacas permanezcan en interiores con las puertas y las ventanas cerradas; si padecen enfermedades crónicas, es recomendable que dispongan de su medicación para cinco días. El resto de población debería consultar con profesionales sanitarios si presentan síntomas tales como dolor de cabeza, tos constante, opresión o dolor en el pecho, respiración sibilante, producción excesiva de flema, dificultad para respirar y náuseas. No deben realizarse actividades enérgicas en ambientes exteriores.
  • Nivel 2, “advertencia”: Se aplican las recomendaciones del nivel 1 y además se recomienda que las personas con enfermedades respiratorias y cardiacas crónicas estén advertidas de una eventual evacuación a ambientes libres de humo, siempre y cuando esto se pueda realizar de manera segura. El resto de la población debe tratar de permanecer en ambientes interiores con las puertas y las ventanas cerradas, evitar trabajos pesados y la exposición a humo de tabaco y a otras sustancias irritantes.
  • Nivel 3, “emergencia”: en este caso, las condiciones en cuanto al humo son graves. Las personas con buenas condiciones de salud que elijan permanecer, deberían mantenerse en el interior, con puertas y ventanas cerradas, reducir la actividad física y disminuir el consumo de tabaco y conservar la energía. Las personas que sientan molestias deben desplazarse fuera del área o hasta una instalación de “aire limpio” previamente designada. Las personas con problemas respiratorios o cardiacos y grupos vulnerables deberían trasladarse a áreas de aire limpio, así como a

 

Más información en la Guía OSMAN «Incendios forestales y salud pública», disponible para descarga en pdf «aquí» https://www.osman.es/project/incendios-forestales-efectos-en-salud-publica/

Bibliografía:

    1. Masson-Delmotte V., Zhai P., Pirani A., Connors S.L., Péan C., Berger S., et al., editors. IPCC, 2021: Climate Change 2021: The Physical Science Basis. Contribution of Working Group I to the Sixth Assessment Report of the Intergovernmental Panel on Climate Change . Cambridge University Press. In Press.; 2021.
    2. Schwela DH, Goldammer JG, Morawska LH, Simpson O. HEALTH GUIDELINES FOR VEGETATION FIRE EVENTS Guideline document Edited by. 1999;
    3. Dirección General de Protección Civil y Emergencias – Ministerio del Interior – España. Red Radio de Emergencia – REMER. VADEMECUM REMER – Incendios [Internet]. [cited 2021 Sep 24]. Available from: https://www.proteccioncivil.es/catalogo/carpeta02/carpeta24/vademecum17/vdm010.htm
    4. Adetona O, Reinhardt T, Domitrovich J, Broyles G, Adetona A, Kleinman M, et al. Review of the health effects of wildland fire smoke on wildland firefighters and the public. Inhal Toxicol. 2016 Feb 23;28(3):95–139.
    5. Cancelo-González J, Diaz-Fierros Viqueria F. Forest fires and public health. An la Real Acad Nac Farm . 2018 Oct;84(3).
    6. Linares C, Carmona R, Salvador P, Díaz J. Impact on mortality of biomass combustion from wildfires in Spain: A regional analysis. Sci Total Environ. 2018 May 1;622–623:547–55.
    7. Campo J, Lorenzo M, Cammeraat E, Picó Y, Andreu V. Emerging contaminants related to the occurrence of forest fires in the Spanish Mediterranean. Sci Total Environ. 2017 Dec 15;603–604:330–9.
    8. Fernández-Fernández M, Gómez-Rey M, González-Prieto S. Effects of fire and three fire-fighting chemicals on main soil properties, plant nutrient content and vegetation growth and cover after 10 years. Sci Total Environ. 2015 May 5;515–516:92–100.
    9. Robinne F, Bladon K, Miller C, Parisien M, Mathieu J, Flannigan M. A spatial evaluation of global wildfire-water risks to human and natural systems. Sci Total Environ. 2018 Jan 1;610–611:1193–206.
    10. Laugharne J, van der Watt G, Janca A. After the fire: the mental health consequences of fire disasters. Curr Opin Psychiatry. 2011 Jan;24(1):72–7.