Comentario de L. Gómez González. L, Linares. C , Díaz. J , * , Egea. A, Calle-Martínez. A,  Luna M.Y, Navas M.A, Ascaso-Sánchez M.S, Ruiz-Páez. R, Asensio. C, Padrón-Monedero. A, López-Bueno J.A. Short-term impact of noise, other air pollutants and meteorological factors on emergency hospital mental health admissions in the Madrid region (Spain). Environmental Research 224 (2023) 115505. https://doi.org/10.1016/j.envres.2023.115505

Los autores analizan el impacto de diversos factores ambientales tanto de contaminación física (ruido) y química como meteorológicos, sobre los ingresos hospitalarios urgentes por patologías mentales que se han producido en la región de Madrid en el periodo 2013-2018.

 

¿Qué se sabe sobre el tema?

La salud mental y el bienestar de las personas se ven influidos por una compleja interacción entre factores genéticos, psicológicos, sociales y de estilo de vida, además de exposiciones ambientales. Diversos factores ambientales pueden ser elementos favorecedores de enfermedad y morbimortalidad psiquiátrica. En los entornos urbanos confluyen varios de estos factores (contaminación del aire, nivel de ruido, diseño urbano inadecuado etc.) a los que se añaden factores meteorológicos como las temperaturas, la humedad relativa, la presión atmosférica, las horas de luz o el viento. Algunos de ellos influenciados, a su vez, por las condiciones que genera el cambio climático.

Actualmente, alrededor del 55 % de la población mundial vive en ciudades y se espera que para el 2050 acojan al 75% de la población a escala mundial (datos del Banco Mundial). En España, el 81% de la población vive en zonas urbanas (datos del Banco de España) por lo que el impacto a nivel de la salud poblacional puede ser alto. Además la prevalencia e incidencia de trastornos mentales está aumentando en todo el mundo. En cuanto a los ingresos hospitalarios, en nuestro país, los grupos de diagnósticos que causaron más estancias hospitalarias e ingresos más largos fueron los trastornos mentales (15,1% del total).

En los últimos años, numerosos estudios han confirmado la relación entre diversos trastornos mentales como ansiedad, depresión, suicidio, trastornos neuropsiquiátricos y factores ambientales tales como la contaminación atmosférica química (Thompson et al., 2019, Gao et al., 2017), la acústica (Hao et al., 2022) y variables meteorológicas (Frangione et al., 2022), como las altas (Yarza et al., 2020) o bajas temperaturas (Yi W et al., 2019), horas de luz (Papadopoulos et al., 2005), viento (Bos EH et al., 2012) , humedad o presión atmosférica (Dumencic et al., 2019).

¿Qué añade este estudio a la literatura disponible?

Este estudio nace de la necesidad de aportar mayor conocimiento sobre el impacto de los factores ambientales sobre la salud mental. Tiene como objetivo principal analizar el impacto a corto plazo de contaminación acústica, química y los extremos térmicos principalmente sobre los ingresos hospitalarios urgentes a nivel diario por trastorno mental en la Comunidad Autónoma de Madrid (CAM).

En nuestro país se han realizado pocos estudios que relacionen diferentes factores ambientales con los ingresos urgentes por diversas patologías específicas como las mentales. En este caso concreto, no se ha realizado ningún estudio que evalúe esta relación con ingresos totales por trastornos mentales, estratificando por sexo y que analicen el impacto combinado de variables ambientales de contaminación química y acústica y meteorológicas.

Los resultados de nuestro estudio muestran que existe una asociación estadísticamente significativa (p<0.05) entre los niveles de ruido, las horas de luz, la velocidad del viento y los ingresos hospitalarios urgentes por causas mentales, variando algo esta asociación entre hombres y mujeres. Entre las mujeres, la tendencia de presión atmosférica muestra también asociación y en los hombres, el ruido no resulta significativo.

¿Cuáles son las implicaciones de los resultados obtenidos?

Aproximadamente en un 90% de los días del periodo estudiado en la Comunidad de Madrid se incumplen los límites de ruido recomendados en la última guía de la OMS. Dentro de las variables en las que encontramos asociación, los niveles de ruido urbano es una de las que más impacto tiene; siendo además un factor en el que podemos influir, ya que la práctica totalidad del nivel de ruido en una gran ciudad procede de fuentes antropogénicas. Las estimaciones de atribución del riesgo llevadas a cabo señalan que el porcentaje de admisiones hospitalarias de carácter urgente a nivel anual por trastornos mentales ligadas al ruido urbano puede superar el 5% del total. Estos hallazgos deben hacernos reflexionar sobre la necesidad de actualizar la normativa estatal y de las comunidades autónomas a las recomendaciones de la OMS y asegurar su cumplimiento.

Desagregando por sexo, el nivel de ruido se relacionó con la variable dependiente en el caso de las mujeres, no así en el caso de los hombres. Hay estudios que sugieren una mayor sensibilidad al ruido en las mujeres (Schreckenberg et al., 2010). Estas diferencias nos deben hacer tomar en consideración el género para la elaboración de políticas de salud pública relacionadas con el ruido.

Los resultados de este estudio pueden servir de base para la elaboración de recomendaciones y planes de salud que consideren estas variables como factores de riesgo para la salud mental; sobre todo para el caso del ruido, ya que la contaminación acústica depende fundamentalmente de las actividades antropogénicas en zonas altamente urbanizadas y con elevada densidad de tráfico. Por tanto, puede ser potencialmente modificable mediante la implementación de normativas, actuaciones de mejora (aislamientos) y políticas basadas en la evidencia científica. Si bien hay variables sobre las que no se puede intervenir como son las horas de luz o la velocidad del viento. La investigación en el campo de la salud mental debe evolucionar y considerar los cambios conjuntos que se producen en la sociedad y el medio ambiente.

 

Laura Gómez González.
Unidad de referencia en Cambio Climático, Salud y Medio Ambiente Urbano
Instituto de Salud Carlos III.