En el 2019, los bioplásticos representaron aproximadamente el 1% de los más de 359 millones de toneladas de plástico y en el 2021 y la producción mundial anual de bioplásticos alcanzó alrededor de 2,5 millones de toneladas (1). Según datos de la asociación European Bioplastic e.V. y de Nova-Institute la producción de bioplásticos aumentará de 2,11 millones de toneladas en 2019 a 2,43 millones de toneladas en 2024 aproximadamente (2).

El proyecto Bio-plastic Europe define a los bioplásticos como “El término “bioplásticos” se refiere a polímeros de base biológica, biodegradables o ambos” (2).

Base biológico o bio-based significa que la base de las materias primas renovables son el maíz, la caña de azúcar, celulosa y bambú. Después de la extracción de estos materiales renovables se procesan químicamente y se utiliza por ejemplo el ácido poliláctico (PLA) y polietileno de base biológica (bioPE) (1).

Biodegradable significa que los materiales se pueden convertir en sustancias naturales como agua, dióxido de carbono, metano, biomasa, abono y sales minerales. En la mayoría de los casos, la biodegradación microbiológica es el proceso más importante. La rapidez de esta biodegradación dependerá  de las condiciones ambientales como la humedad, temperatura y la presencia de ciertos microorganismos; así como la composición de los materiales biodegradables (2) (1).

Los productos en los que se encuentran los bioplásticos son en el empaquetado para alimentos, servicios de comida, agricultura, horticultura, bienes de consumo, electrodomésticos, juguetes, aplicaciones médicas, electrónica de consumo y automotriz (2).

Dentro del empaquetado para alimentos se encuentra el papel y el cartón, estos se tratan con químicos (biocidas, aglutinantes sintéticos, etc.) porque este material es muy poroso y traspasa líquidos y/o grasas de los alimentos, no obstante estos químicos sirven para darle un recubrimiento o capa y evitar que se trasminen estos líquidos o grasas de los alimentos (3); por ende, estos químicos contaminan a los alimentos y dependerá de factores como el tipo de alimento, la temperatura y el tiempo de almacenamiento, pero también del cambio de los químicos (3).

Otro material que usa plásticos de base biológica para empaquetar alimentos es el metal como aluminio y acero, generalmente se utiliza 90% de aluminio mas cobre, zinc y manganeso. Las latas de acero se fabrican a partir de acero recubierto de estaño (hojalata) o acero recubierto de cromo electrolítico. Estos metales cambian la constitución de la comida por consiguiente se les aplica una capa de un polímero orgánico para evitar el contacto con los alimentos; pero estos recubrimientos orgánicos (poligómeros, lubricantes y reticulantes) también migran a los alimentos que consumimos los humanos (4).

Los plásticos de base biológica tienen sus limitaciones como la fragilidad (se rompe fácil), propiedades de baja barrera a los gases, gran contenido de variedad y cantidad de polímeros, rellenos y aditivos sintéticos artificiales y transferirse a los alimentos o ingresar al medio ambiente después de su eliminación en vertederos o abonos domésticos y tener consecuencias para la salud del ser humano y el medio ambiente (1).

 

Referencias

  1. BIOPLASTICS food packaging. Food Packaging Forum;
  2. BIO-PLASTICS EUROPE | «Bio-plastics» [Internet]. [citado 6 de febrero de 2024]. Disponible en: https://bioplasticseurope.eu/about
  3. PAPER & BOARD Food Packaging [Internet]. Disponible en: FoodPackagingForum.org
  4. METAL food packaging [Internet]. Food Packaging Forum; Disponible en: FoodPackagingForum.org

 

Mónica Miriam García Cuéllar
Master en Salud Pública y Promoción de la Salud.
Editora científica OSMAN