El confinamiento por el Covid-19 pone de manifiesto la reducción considerable del ruido producido por el tráfico rodado en la ciudad de Barcelona, así lo confirman expertos en la materia tras observar mediciones tanto en la ciudad como en el fondo marino. El ayuntamiento prepara un informe riguroso sobre los efectos del confinamiento en la contaminación acústica.
Las mediciones de una quincena de sensores, desplegados en varios puntos de la ciudad y gestionados por ciudadanos voluntarios en el marco de una iniciativa llamada Smart Citizen, han registrado reducciones de al menos 5 decibelios. O sea, el ruido ha bajado más del 50%.
Más de la mitad de la población de Barcelona vive en zonas con exceso de ruido, según cálculos basados en los niveles establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Un estudio del 2016 del Instituto de Salud Global de Barcelona (IsGlobal) estimó que el ruido causaba casi 600 muertes prematuras al año en la ciudad, una cifra parecida a la de la contaminación ambiental.
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