La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado nuevos valores guía de calidad del aire. Reconoce que la contaminación del aire es una de las principales amenazas ambientales a la salud, junto con el cambio climático.
Según estima, cada año se producen 7 millones de muertes prematuras y la pérdida de millones de años saludables de vida, debido a la exposición a aire contaminado. En la infancia puede resultar disminución del crecimiento y la función de los pulmones, infecciones respiratorias y agravamiento del asma. En los adultos, la enfermedad isquémica del corazón y ataque cardíaco son las causas más comunes de muerte prematura debida a la contaminación del aire exterior. También empieza a surgir evidencia de otros efectos como diabetes y condiciones neurodegenerativas.
Todo esto pone la carga de enfermedad atribuible a la contaminación del aire al mismo nivel que otros riesgos globales para la salud tales como la dieta inadecuada y el hábito de fumar.
Las nuevas guías recomiendan niveles de calidad de aire para 6 contaminantes, sobre los que hay mayor evidencia de sus efectos sobre la salud: partículas (PM), ozono (O₃), dióxido de nitrógeno (NO₂), dióxido de azufre (SO₂) y monóxido de carbono (CO). Las acciones para disminuir los niveles de estos contaminantes también repercuten en otros contaminantes perjudiciales.

Estos niveles que propone la OMS no son una obligación legal, sino una recomendación y es cada país quien decide si los regula en su legislación.