La producción y consumo de plásticos ha experimentado un crecimiento constante desde los años sesenta del siglo pasado. Debido a su gran durabilidad y bajo coste, se ha propiciado una cultura de consumo de productos de usar y tirar que ha generado un volumen de residuos díficilmente gestionable y contaminación en todo el mundo. En un artículo de Miguel Angel Criado publicado en ElPais.com, se resumen los resultados de un estudio que ha encontrado microplásticos en las heces de personas de diversos países. El uso de microesferas en cosmética y la progresiva degradación de los plásticos en el medio ambiente, es la responsable de la presencia de estos microplásticos en todos los compartimentos ambientales, de forma que han entrado en las cadenas tróficas y han terminado por llegar a nuestros estómagos. Aún está por estudiar sus posibles efectos en la salud.

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