La investigación recogida en La Vanguardia, es obra de un grupo de especialistas de la Universidad Johns Hopkins y la Universidad de Maryland. Los científicos compararon la frecuencia de los síntomas sufridos a lo largo de dos semanas por un grupo de niños asmáticos de Baltimor, residentes a diferentes distancias de parques y zonas verdes. Los resultado muestran que por cada trescientos metros más de distancia, los niños experimentaban un día más de malestar al año. Según los investigadores, su trabajo: “subraya la importancia de los parques para la salud de las personas y sugiere que una política urbanística adecuada podría tener un impacto importante en la salud, especialmente la infantil”. Aunque existen otros resultados como los llevados a cabo por el ISGlobal con niños asmáticos de la costa cantábrica con diferentes conclusiones. Todos estos trabajos trabajan en explotar los potenciales beneficios de las áreas verdes para las enfermedades respiratorias.