Hace unos días ha salido publicado en algunos medios que la ONU ha emitido una afirmación bastante radical respecto al modelo de producción que sería deseable aplicar en agricultura en favor de la agricultura ecológica; los pesticidas matan 200.000 personas al año.

La investigación considera que los pesticidas son una tecnología demasiado cara y poco eficaz. “Cuando hablamos de agricultura de subsistencia, confiar en los pesticidas se convierte en una carga económica para los agricultores: las mala hierbas y las plagas tienen la capacidad de desarrollar resistencia y eso requiere pesticidas cada vez más y más fuertes que los campesinos tendrán que comprar”.

La alternativa de la ONU es que la agricultura orgánica evitaría muchos de los problemas de salud a los que da lugar la agricultura convencional: “Con las prácticas orgánicas, nos apoyamos en los procesos propios del ecosistema y que aporta nutrientes a la tierra de manera natural, considerando innecesarios a los fertilizantes sintéticos, que son muy caros”.

“Y si queremos alimentar el mundo, la atención a la biología y la materia orgánica de la tierra y el reciclaje natural de nutrientes, son las únicas maneras sostenibles y efectivas en términos económicos”

Según éste informe muy pocas personas pueden evitar la exposición a los pesticidas, que se trata se sustancias tóxicas que se administran al medio ambiente de manera voluntaria para eliminar vida. Además apunta hacia algunas patologías concretas cómo el cáncer, el Alzheimer, el Parkinson, trastornos hormonales, defectos de nacimiento, infertilidad y daños neurológicos. Incluso apunta que se han encontrado dificultades para el tratamiento de las enfermedades infecciosas asociadas a éstos productos químicos.

La investigación se presentó en el Consejo para los Derechos Humano afirma que los pesticidas “han tenido un impacto catastrófico en la salud humana y del medio ambiente”.

En oposición a éstos criterios, hemos de reconocer que los modelos productivos basados en agricultura intensiva ha tenidos efectos positivos sobre el incremento de producción de alimentos.

No obstante, éste incremento ha tenido escasa repercusión sobre la eliminación del hambre en el mundo, en definitiva porque la redistribución de los cultivos y los alimentos no se ha realizado de una forma homogénea.

Así pues, la situación es que se utilizan técnicas agresivas con el medio ambiente, con repercusión fatal en muchos casos sobre la salud humana, y aparentemente sólo están dando cómo respuesta el incremento de alimentos en zonas en las que hay pocas carencias, y no aporta soluciones a las zonas en las sigue habiendo hambruna.

Además podemos afirmar que las técnicas de producción demoledoras con el entorno, están perjudicando seriamente al ecosistema que deberíamos cuidar con el fin de que generaciones venideras, puedan hacer sostenible su paso por éste planeta, que no tiene recursos infinitos. Y que el hecho de contaminar con sustancias poco degradables, que se mantienen mucho tiempo en el entorno, nos asegura no sólo los impactos en la salud actual, sino que los vamos a mantener durante mucho tiempo.

 

Por ello, creo que la reflexión sería;

1.-¿ Somos conscientes de los problemas que acarrea la sobreexplotación de nuetro suelo agrícola y la contaminación que le estamos proporcionando tanto al suelo cómo algua, ambos recursos escasos?

2.-¿Hay que realizar políticas de concienciación ambiental entre nuestra población, especialmente la más joven, en cuyas manos debemos depositar nuestro futuro y el suyo?.

3.- ¿ Estamos dispuestos a cambiar los hábitos de producción y consumo para mirar hacia un futuro más alentador desde el punto de vista ambiental?

 

Juana Ortega Membrive