El Observatorio de Salud y Medio Ambiente de Andalucía (OSMAN) se une a la celebración del Día Mundial del Medio Ambiente, llamando la atención sobre la importancia que tiene el aire limpio para nuestra salud, y lo perjudicial que es respirar aire contaminado. Cada año, el 5 de junio se celebra este día a instancias de Naciones Unidas. China es en 2019 el país anfitrión, donde tienen lugar las celebraciones oficiales, con el tema “Contaminación del aire”.

China puede parecer el lugar más adecuado ya se suele tener en mente las imágenes de la población china pedaleando mientras usan mascarillas en ciudades con un aire tan contaminado que apenas permite ver más allá de unos metros. ¿Qué mejor lugar entonces para tratar la contaminación del aire que un país en el que el aire es irrespirable?

No hace falta ir a China para hacerlo y ni mucho menos la contaminación es siempre tan visible. Cuando empezó a generalizarse el uso del automóvil privado, el humo que expulsaban por el tubo de escape era denso y negro y ahora apenas si es visible. Pero ello no quiere decir que no sigan expulsando contaminantes. También generan contaminación de otras formas, mediante la resuspensión de partículas del suelo, el desgaste de los neumáticos, etc. Los vehículos híbridos y eléctricos también contaminan de esta forma.

La movilidad urbana en vehículos privados es la principal fuente de contaminación, que es un potente factor de riesgo de numerosas enfermedades: las más evidentes son las respiratorias pero también cardiovasculares, e incluso diabetes y afectación del desarrollo neurológico antes de nacer y en la infancia. Más de 93.000 personas han muerto en España debido a la contaminación atmosférica1.

La forma de movilidad que se utiliza en las ciudades depende sobre todo de la oferta y la calidad del transporte público. Por eso, potenciar el transporte público es un primer paso para   reducir los niveles de contaminación. En segundo lugar, las ciudades deben promover la movilidad activa, es decir, ayudar a que las personas se desplacen andando en lo posible, y potenciando el uso de la bicicleta u otros sistemas que surgirán en el próximo futuro. Promover el cambio hacia un transporte de bajas o nulas emisiones, aumentar el arbolado y las zonas verdes urbanas, y muchas otras medidas eficaces están disponibles. Asimismo, crear zonas de bajas emisiones, debería ser la norma en nuestras ciudades, y desarrollar planes de emergencia para los momentos con picos inusuales y altamente dañinos para la salud de las personas. Los ayuntamientos andaluces tienen por ley la obligación de la promoción, defensa y protección de la salud pública. Por tanto, hay un marco normativo más que suficiente para actuar, y un amplio conocimiento sobre medidas de tipo técnico para proteger la salud.

No podemos elegir cuándo o qué aire respiramos, pero sí está en nuestra mano abogar por el trasporte público, y por formas de movilidad que no perjudiquen nuestra salud ni la de nuestros niños y niñas.

 

Más información:

  1. Linares, C., Falcón, I., Ortiz, C. & Díaz, J. An approach estimating the short-term effect of NO2 on daily mortality in Spanish cities. Environ. Int. 116, 18–28 (2018).