En este artículo publicado por ‘The New England Journal of Medicine’ se cuestiona el Gas Natural como combustible limpio de transición entre carbón y petróleo y las renovables. Este combustible produce menos emisiones contaminantes es su combustión en comparación con los mencionados, pero también tiene efectos perjudiciales para la salud y el medio ambiente debido a que, en su ciclo de vida, está asociado a la contaminación del agua, contaminación del aire, el ruido, contaminación lumínica, radiación y a la incidencia de terremotos, entre otros.

Destacar también que el almacenamiento del gas origina explosiones e incendios que provocan daños personales y materiales que, tal y como indica el artículo, se localiza en comunidades marginadas y vulnerables, contribuyendo así al aumento de las inequidades en salud.

Además, las fugas del gas son contribuyente potente al calentamiento global.

Éstos y otros argumentos expuestos en el artículo animan a una apuesta por modelos para una acción climática efectiva a través de normativa integral de energía y clima que apuesten firmemente por las renovables, rechazando la ‘falsa promesa del gas’.

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