SilvanaBujan

¿De dónde eres?

De Mar del Plata, Argentina

Su trayectoria profesional.

Silvana Buján es Argentina, licenciada en Ciencias de la Comunicación Social y periodista científico y ambiental, ejerciendo desde hace más de dos décadas de manera ininterrumpida a través de radios y medios gráficos del país y del exterior. Es activista ecologista y participa, dirige o coordina organizaciones no gubernamentales y redes temáticas. Es conferencista y consultora en temas de ambiente y desarrollo. Ha obtenido el tres veces el 1º  Premio a la Divulgación Científica de la Universidad de Buenos Aires (2009, 2012, 2014) y el 2º Premio en 2010;  el 1º Premio Latinoamericano y del Caribe del Agua CATHALAC-UNESCO 2009; Ocho Premios  Martín Fierro por sus trabajos en radio y 21 nominaciones. Ha sido Premio Nacional de Periodismo en el año 2007, 1º Premio del Congreso Tabaco o Salud 2010, 1º Premio de Periodismo en Salud de  la Asociación Médica Argentina 2010 Distinción honorífica Colegio de Ingenieros DII por su labor en difusión ambiental, 2013. Lleva adelante desde 1998 ECOS ciclo de periodismo científico  abocado al ambiente y las culturas. Y CALIDAD EN VIDA, de periodismo médico, cultura y salud. Dirige BIOS, ONG miembro de la Red Nacional de Acción Ecologista y la Coalición Ciudadana Antiincineración. Es miembro del Comité Consultivo de GAIA internacional. Es miembro de la Red Argentina de Periodismo Científico y la Red Latinoamericana de Periodismo Ambiental. Vive en Mar del Plata.

Llevas a cabo una importante labor divulgativa, varias veces premiada. ¿Crees que es suficiente la divulgación que se hace en el campo de la salud ambiental, el mensaje llega a la población? 

Creo que hay variables que intervienen para que el mensaje no llegue a la población.

Por un lado, existen excelentes divulgadores de salud ambiental desde el periodismo científico, pero por otro, hay una consistente, sistemática e histórica campaña de ocultamiento de muchos factores que afectan la salud ambiental, y que suelen ser fortísimas operaciones de prensa para ocultar o directamente negar, los efectos de sustancias/prácticas/costumbres/alimentos en la salud y en el ambiente. Los promotores de estas cosas problemáticas (metales pesados, agrotóxicos, químicos varios) manejan presupuestos tan descomunalmente grandes para sus campañas publicitarias que ensombrecen las posibilidades de mostrar sus desventajas.
Agregado a esto, se halla la corrupción en los gobiernos, que se alía –dinero mediante- con las empresas para facilitar la vía libre a su instalación en el mercado.

¿Qué dificultades te encuentras a la hora de transmitir tu mensaje?

Los preconceptos que han logrado instalar a través del bombardeo mediático, sumado al “auspicio” de cátedras y universidades, que forman profesionales formateados para no ver las externalidades del modelo de crecimiento y consumo.

¿Algún viaje reciente por motivos profesionales? ¿y no profesionales?

Si, de contenido histórico (soy una apasionada de la historia antigua y medieval) por regiones de España y Marruecos, museos, yacimientos arqueológicos. Una maravilla. Y dos participaciones desde el activismo: una charla que dicté en la UGRR y la participación en la Marcha de la Plataforma Ibérica Antinuclear el 10 de junio, en Madrid.

¿Alguna anécdota que te haya ocurrido en el trabajo?

Bueno, lo anterior se relaciona con el trabajo en una trama muy curiosa. Porque debido a mi activismo, llevo más de un cuarto de siglo revisando el modelo tóxico de producción agrícola. Debido a mis programas de radio, llevo otros tantos años haciendo reportajes a expertos que abordan la cuestión desde diferentes ángulos. Un día, leí un paper de la UGR y me interesó. Su autor, docente e investigador, fue convocado para participar en mi programa. Tiempo después, le conté que con nuestra ONG en Argentina estábamos analizando sangre humana en búsqueda de residuos de pesticidas, y se ofreció a recibir muestras de plasma en la UGR para analizarlas allá y comparar resultados. Enviamos las muestras y complementamos nuestra campaña con esos resultados.
Un par de años más tarde, una compañera de activismo de nuestra ONG BIOS, viajó a España a hacer un posgrado, y fue a Granada a conocer al gentil profesional que nos había ayudado (el Dr. Juan Pedro Arrebola). Allí conoció a la esposa y a la beba que acababa de nacer.
Poco después, cuando le comenté a Juan Pedro que iría de vacaciones a su ciudad, me propuso participar con ellos en un seminario sobre este tema que nos había reunido.
Así que lo que comenzó siendo un reportaje a una persona desconocida que había publicado un paper, terminó en un seminario que dicté en su universidad, y en una preciosa cena, flamenco incluido, con su esposa y su bellísima hijita, en Granada.
Las vueltas de la vida!

Otra situación increíble sucedió hace 25 años. Estaba yo haciendo un programa radial sobre ecología llamado LA VIDA en la radio de la Universidad Nacional de La Plata, y una señora llamaba regularmente para comentar alguna cosa, u ofrecer algún dato. Poco después, se acercó a la radio a ayudar a atender el teléfono con los llamados de los oyentes. Al final del programa, se fue sumando, con mucha timidez, al café que nos tomábamos en la esquina de la emisora. Y un día, me confesó lo que le había sucedido y por qué estaba allí: víctima de una profunda depresión se había dejado morir. Estaba en cama, extremadamente delgada, sin que los médicos hallasen el origen de su tristeza y su sensación de soledad.
Alguien le dejó una radio portátil para que se entretenga, sintonizada en nuestra emisora. Y empezó a escuchar el programa, en el cual hablábamos de las campañas voluntarias que hacíamos, del tiempo que dedicábamos a pelear por una mejor vida para todos. Y se dijo “¿cómo puedo estar aquí, esperando morir en una cama, desperdiciando todo mi tiempo, cuando hay gente que regala su esfuerzo para que vivamos mejor??” Y se fue levantando de a poco, volvió a comer, y cuando estuvo lo suficientemente fuerte salió de su casa luego de meses, y vino a “ayudar a atender el teléfono”…
Lo recuerdo y me emociona mucho, porque siento que en algún punto, ayudé sin saberlo, a que esta buena señora –con quien seguí una amistad de años, hasta su fallecimiento de un accidente cerebrovascular- tuviese varios años de activa vida participante. Es muy emotivo.

Si no hubieras estudiado “Ciencias de la Comunicación” ¿qué te hubiera gustado estudiar?

En verdad ese tema es conflictivo. Porque esta carrera te pone en el cruce de caminos de todas las ciencias. Y, curiosa como soy, cada vez que investigo algo, que leo un trabajo científico, que abordo alguna línea temática, me apasiono, y me digo… “yo debiese haber sido bióloga…” o “yo debiese haber sido paleontóloga..”, o “yo debiese haber sido semióloga…” Y así ad infinitum…

¿Último libro que has leído?

Los tres libros de Javier Negrete sobre Roma y Grecia (son tres libros de historia, ya que leo novelas históricas y las complemento con los libros de historia que me contextualizan) “Roma Invicta”, “Roma Imperial” y “La gran aventura de los Griegos”.

¿Alguna película que nos recomiendes?
Uh… muchas.
Para entrar a la problemática latinoamericana, la vieja peli que cuenta la historia de Chico Mendes. Bella, vieja, mala imagen, pero imperdible: The burning season / Una temporada de incendios
Para reflexionar sobre el modelo de consumo, el corto de la amiga Annie Leonard, La Historia de las cosas

Desde tu perspectiva ¿qué retos deberemos afrontar en los próximos años en relación a salud y medio ambiente?

El capitalismo… Suena una respuesta política, pero es que el problema ambiental y sanitario es claramente político. Hasta que la ciencia y los gobiernos no se independicen de los intereses del mercado para el dictado de sus políticas y el establecimiento de controles, seguiremos teniendo complicidades que nos han llevado y nos llevan a estas crisis climáticas, sanitarias, alimentarias, que ponen en riesgo la sobrevivencia misma de nuestra especie.
En nuestro continente se ha creado la Red de científicos por una ciencia digna. Ello implica  que hay una ciencia mercenaria que, funcional a los intereses económicos, produce argumentos para la perpetuidad del sistema depredador. Nuestra esperanza está en ese cambio radical y profundo. Se nos va la vida en ello.